Chinchón, el festival más antiguo y de mayor solera.Chinchón, el festival más antiguo y de mayor solera.

Festivales de ayer y hoy

Íñigo Crespo
miércoles 30 de junio de 2010

Los festivales son una oportunidad de unir el sentido y el alma benéfica que históricamente siempre han tenido el toreo y sus gentes y una forma de disfrutar, en ocasiones, con toreros ya retirados. Con un trasfondo de generosidad la historia del toreo está salpicada de festivales que se han quedado en la memoria de los aficionados.

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El origen como tal del concepto ‘festival’ hay que situarlo a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Se trataba de un festejo de carácter benéfico en el que los toreros actuaban vestidos de calle, entre otras cosas, porque el vestido corto era en sí el traje de calle de los matadores de toros. Toreros de la primera mitad del siglo XX como Belmonte o Joselito “El Gallo” toreaban anualmente un alto número de festejos benéficos. En Valencia, por ejemplo, todos los años la peña “El Gallinero” -sociedad formada por partidarios de toda la dinastía de los Gallo- organizaban un festival en el que tomaban parte tanto jóvenes valores como los propios Gallo. Precisamente en Valencia toreó Joselito como banderillero un festival benéfico junto a Enrique Belenguer “Blanquet” en beneficio del comedor de obreros parados, la tarde antes de estoquear en solitario seis toros de Miura en esa misma plaza. Todavía se recuerda a Juan Belmonte, cuando cuajó en el festival benéfico de El Cachorro en Sevilla en 1925 una de las mejores faenas de su vida frente a un novillo colorado que le sirvió para reaparecer.

El auge y verdadero apogeo de los festivales en España llega durante la década de los 40, 50 y 60. Gran número de localidades organizaban sus propios festivales e incluso plazas de primer nivel tenían anualmentea festivales a favor de muchos casos de las Hermanitas de Los Pobres -en plazas de Castilla- mutualidades de auxilio social o, como en el caso de Madrid, el festival de la “Campaña de Navidad” que organizaba Carmen Polo, esposa del General Franco, el de la Vejez del Toreo, también el del Montepío que peregrinó por diversas plazas y que en ocasiones se convirtió en una corrida de toros como ocurrió en Valencia en una edición en los años sesenta en la que actuaron Antonio Bienvenida, Gregorio Sánchez y El Cordobés.

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