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La localidad extremeña de Olivenza ha vivido una de las tardes más esperadas por todo el toreo, la de la reaparición de Juan José Padilla. Ante un lleno imponente -se ha colgado en taquillas el cartel de “No hay billetes”-, la expectación ha sido tremenda y, pasados diez minutos de la hora prevista del comienzo del espectáculo, los toreros aún no habían podido trenzar el paseíllo. Padilla, vestido de verde esperanza y oro con bordados de hoja de laurel que simbolizan el triunfo, ha estado arropado para la ocasión por prácticamente todo el toreo que se ha dado cita en la ciudad oliventina.
A las seis menos veinte se abrió el portón de cuadrillas y los tres toreros al mismo tiempo salieron al ruedo entre el clamor general. Morante viste de negro y oro y Manzanares de nazareno y oro. Se escucharon gritos de ¡torero, torero! y el jerezano fue obligado a saludar tras el paseíllo. Antes de saludar, se abrazó con efusividad a su hombre de confianza, Diego Robles, y a su amigo Adolfo Suárez Illana. Luego, invitó a sus compañeros a compartir la ovación del respetable. El toro de su reaparición atiende por “Trapajoso”, nº 53, mulato chorreado, de 480 kilos.