La revolera

"Dámaso" Castaño

Paco Mora
jueves 19 de abril de 2012

Ya en los comienzos como novillero de Javier Castaño, Pedrés por la mañana me avisó de que un chaval que veríamos juntos por la tarde en la plaza de toros de Albacete…

Ya en los comienzos como novillero de Javier Castaño, Pedrés por la mañana me avisó de que un chaval que veríamos juntos por la tarde en la plaza de toros de Albacete, con una novillada de su hierro, tenía las maneras de Dámaso González. El primer novillo de su lote le dio una cornada y, aunque lo vi valiente, no tuve ocasión de calibrar si Pedro estaba en lo cierto o no. De todos modos era muy nuevo y todavía su toreo no estaba definido. Hace unos años lo encontré en Teruel, adonde había ido con Benlloch a una conferencia-coloquio sobre el mundo de los toros. Aquel chiquillo era ya un hombre hecho y derecho.

Esta tarde en Sevilla, con dos toros de Cuadri con mucha romana y seriedad, he comprobado que Pedrés no se equivocó. Me ha parecido estar viendo a Dámaso en cuanto a colocación, firmeza, cercanía y en ese ganarle un paso al toro en cada pase por difícil que sea y el segundo lo era en demasía. Y sobre todo una manera de hacer llena de convicción, confianza en sí mismo y decisión. Acorta las distancias angustiosamente y es un fiel intérprete de la tauromaquia del gran albaceteño. Y esa Sevilla que se pirra por los toreros artistas y de alta estética, vibro con Dámaso Castaño (perdón, Javier) de tal modo que a su primer toro, de no haber tardado tanto en doblar tras la certera estocada, le hubiera arrancado una oreja. Así y todo, los oles de la Maestranza sonaron con fuerza durante la faena en el más manejable de su lote (si es que ese término cabe con los de don Celestino) y en el imposible segundo. De seguir así se abrirá camino. Seguro.

Antonio Barrera y Alberto Aguilar libraron su batalla con pundonor y entrega, y en ocasiones con lucimiento. Los pupilos de Cuadri absolutamente previsibles. Toros con cuajo para hombres capaces de jugársela en cada pase. Entre los tres echaron patas arriba con sus respectivas espadas más de tres mil kilos de carne brava con cuernos.

Síguenos

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando