Voces del tendido

Rutinas y miserias de la Fiesta

Carlos Crivell
lunes 28 de junio de 2010

En esta fase de incertidumbre que vive la fiesta con tantos frentes abiertos, la temporada sigue su curso inevitable con el miedo dentro del cuerpo de los empresarios.

En esta fase de incertidumbre que vive la fiesta con tantos frentes abiertos, la temporada sigue su curso inevitable con el miedo dentro del cuerpo de los empresarios. Aquellos que contaban con José Tomás han tragado saliva y han conformado los carteles de la mejor forma posible, aunque saben que los abonos sufrirán un bajón considerable. La manida crisis hará estragos en las taquillas, incluso el fútbol en televisión es un enemigo potencial para que las plazas se llenen.

En esta tesitura han comenzado a salir los carteles del verano. Algunas empresas lo han tenido claro y han colocado a las llamadas figuras en carteles rematados. Otras ferias se han completado con carteles de interés muy escaso. Es cierto que se han completado carteles muy vistosos. Hay fechas marcadas en el calendario. Sin embargo, cuando se analizan las combinaciones se aprecia una rutina conformista en la elaboración de los mismos que merece un análisis.

La Fiesta no premia a los triunfadores. En un rápido pase por lo sucedido este año, además de los clásicos Juli, Morante, Castella o Manzanares, hay unos nombres que han dado un golpe de mano: Oliva Soto, Rafaelillo, Morenito de Aranda, José Luis Moreno, Salvador Cortés, Juan Bautista… Son toreros que han hecho un esfuerzo y que no tienen la recompensa de ver sus nombres en las ferias.

El fracaso no se paga. Es la conclusión a la que se llega cuando se observa que los fracasados de Sevilla y Madrid siguen en los mejores carteles. Hay un miedo cerval a la novedad. Alguien me decía hace poco, ¡vaya malos carteles los de los sanfermines! Es falso, son carteles diferentes que tienen novedades.

Los matadores que han triunfado en esta primera mitad de temporada apenas aparecen en las ferias. El único torero que ha abierto la puerta grande en Madrid apenas tiene contratos en los ciclos de prestigio. La Feria de Murcia es un ejemplo lamentable. Por supuesto no torean ni Moreno, ni Oliva Soto ni Bautista, pero sí lo hacen El Cordobés y Jesulín, que sólo tiene como aval que son populares. En Murcia ha funcionado el intercambio, basta ver sus carteles y los de Málaga, por ejemplo. ¿De qué le ha servido a Oliva su triunfo en Sevilla? ¿Qué beneficios ha tendido Juan Bautista después de salir por la Puerta Grande de Madrid? ¿y Moreno, dónde torea? Es la rutina de siempre. Entre otros, los empresarios son culpables de algunos de los males de la Fiesta y más ahora. Un caso diferente es el de El Cid, que siendo uno de los pocos toreros que han cortado oreja en Madrid tiene dificultades para torear en las ferias, como ha pasado en Murcia o Málaga, donde torean espadas que acumulan los fracasos por docenas y le cierran el paso a este diestro de un palmarés sencillamente glorioso que no tienen la mayoría de quienes hoy se visten de luces.

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