La revolera

Siesta con pesadilla

Paco Mora
sábado 07 de julio de 2012

as seis y media en punto de la tarde. De poco me sirvió renunciar a la placentera siesta este día de San Fermín, pensando que con los de Dolores Aguirre no cabe el aburrimiento…

Las seis y media en punto de la tarde. De poco me sirvió renunciar a la placentera siesta este día de San Fermín, pensando que con los de Dolores Aguirre no cabe el aburrimiento ya que siempre puede saltar a la arena la emoción del toro vendiendo cara su piel, y un torero defendiendo la suya con honor y coraje. Pero esta tarde la escrupulosa ganadera habría querido dormirse en el primer toro y que su corrida de Pamplona hubiera resultado una siesta con pesadilla. Porque eso es lo que ha sido esta primera de los sanfermines de 2012, una auténtica pesadilla. Que Joselillo le cortara una oreja a su primero y tercero de la tarde es mérito del torero y de las peñas, que también tienen su corazoncito para los coletudos que se la vienen jugando un año tras otro en el ruedo de la capital de Navarra. 

Ferrera luchó contra los elementos sin desmayo y el Gallo salmantino no se pudo permitir ni un triste “quiquiriquí” en forma de bostezo. Porque eso sí, a los de doña Dolores no se les puede perder de vista ni un instante. Por algo no los quieren las figuras. Aquí el más tonto hace relojes de madera y además le funcionan. Aunque para los amantes de la tragedia no ha podido haber decepción, porque la corrida bien presentada y con finos y  arbolados pitones ha sido un peligro latente toda la tarde. Pero uno al menos no contempla las corridas de toros como una penitencia en la que purgar sus pecados con el sufrimiento ajeno y el propio. Y mañana otra dosis masiva de parecida medicina. Mañana los miuras y otros tres héroes con la aponeurosis y el tejido celular en juego. Así y todo, “viva San Fermín…”.    

Síguenos

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando