Lo primero que se supo de Madrid este año fue que Padilla iba a torear la Beneficencia con Morante y Castella. Una corrida de Valdefresno. De todos los toreros anunciados ya en firme en Madrid, que son cuarenta y nueve o cincuenta, Morante es con diferencia el de más cartel y tirón de todos. A Castella se le reconoce tácitamente pero con cierto retraso su condición de triunfador de San Isidro 2012.
A la reaparición de Padilla en Madrid se le pretende dar aire de acontecimiento y homenaje. Tardíos el uno y el otro. Padilla ha dejado vacantes o libres los dos puestos que en teoría le correspondían en San Isidro y, billar a tres bandas, la carambola tiene varios beneficiarios. Con más Beneficencias que nadie en el expediente, Morante, por ejemplo, se encuentra con uno por delante. Que no es una ventaja, pero casi. Padilla va a entrar como Pavía en el Congreso, los carteles de las corridas duras de San Isidro se esponjan y reparten ya que no se renuevan, y hasta podrían darse los dos nombres que han copado las dos plazas de Padilla en el abono. Una adivinanza.
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