La Feria de Albacete apunta en convertirse en una feria de culto, que equivale a hacer de la ciudad manchega un polo de atracción en el último tramo de la temporada…
La de Albacete ha sido hasta ahora una de las ferias más importantes del mes de septiembre, pero la de este año, consolidando el diseño de la del año pasado, los hermanos Lozano (Jrs.), Caballero y Amador, apunta en convertirse en una feria de culto, que equivale a hacer de la ciudad manchega un polo de atracción en el último tramo de la temporada. Es una de las pocas ferias en las que El Juli, Castella y Perera hacen doblete, y a la que le darán luz el arte de Morante de La Puebla y el magisterio de Enrique Ponce. Los triunfadores de San Isidro también estarán en ella con Fandiño a la cabeza, mientras el respeto a los toreros locales se hace realidad con la presencia de Sergio Serrano y los novilleros triunfadores del año en la comunidad, una de las pocas que ha trabajado para intentar que no se pierda en el maremoto de la crisis económica ningún muchacho que apunte posibilidades de ser torero.
En cuanto a las ganaderías, comparecerán las de cuño albaceteño como Daniel Ruiz, Las Ramblas y Samuel Flores, además de una perfecta conjunción de las llamadas duras y las que se han dado en denominar comerciales. Los carteles han sido bien acogidos por la afición castellano manchega y las perspectivas en cuanto a la venta de abonos se presentan esperanzadoras. Sobre las ausencia de Manzanares y David Mora, es de esperar que la empresa dé razones que las justifiquen. Abrir puntos de venta de localidades en el centro de la ciudad ha sido otro acierto bien valorado por la afición.
