Voces del Tendido

Dejemos al Rey en paz

Carlos Crivell
martes 10 de agosto de 2010

Entre tantas idas y venidas tras la abolición catalana producto de una saña feroz contra los símbolos de España, me quedo anonadado con unas declaraciones de algunos toreros…

Entre tantas idas y venidas tras la abolición catalana producto de una saña feroz contra los símbolos de España, me quedo anonadado con unas declaraciones de algunos toreros muy importantes para reclamar que el Rey salga a la palestra y se manifieste públicamente sobre el tema. No soy monárquico, por tanto lo que viene a continuación no está impregnado de un fervor especial por la corona.

En la familia real hay una buena aficionada: la infanta Elena. Su imagen vestida con un terno de reminiscencias taurinas hace muy poco tiempo fue un alegato apabullante a favor de la fiesta. Luego, el Rey Juan Carlos parece que es algo aficionado, aunque no mucho. El resto de la familia ni le gustan las corridas ni las entienden.

Además de la llamada de atención de la Infanta, con su presencia permanente en los toros y su vestido, el Rey se ha manifestado como defensor, como dejó claro en la Maestranza de Sevilla con su famoso, “por supuesto”, cuando se le preguntó si su presencia en el acto era para reafirmar el apoyo de la corona a la tauromaquia.

El Rey no puede estar permanentemente saliendo a la palestra para opinar de todos los asuntos que acontecen en España. Es como si ahora le pidiéramos que opinara sobre la ley del aborto, la huelga de controladores o la crisis socialista en la Federación de Madrid. En su momento salió al ruedo y ya sabemos lo que piensa. Su papel no es opinar sobre todo lo que pasa en España.

Y mucho más doloroso es tener que hablar de los toreros retirados que le han señalado con el dedo. Me produce una enorme decepción lo de Paco Camino. Dice el de Camas: “Encima de que están comiendo la sopa boba, la Casa Real no se moja”. Para seguir con otra perla: “Efectivamente, la Familia Real debería haberse mojado algo, no se moja ni el labio. El pan y la panceta, todo para ellos”. Estas palabras encierran una evidente animadversión a la corona, en el trasfondo hay un rencor no disimulado y es algo que debería haberse guardado. Camino ha pinchado en hueso, cosa rara en tan buen matador.

Paso del Capea, pero lo de Joselito es la leche. Un torero que ha presumido de republicano, no debe hablar del rey, menos para ser injusto, porque hay que recordarle que sí se ha manifestado sobre su apoyo a los toros. Lejos de polémicas, tres maestros retirados han hecho el ridículo con sus palabras. Ahora resulta que el Rey tiene convocar una rueda de prensa semanal para dejar su opinión sobre todos los problemas de España. Es el como de la tontería. Trabajemos para engrandecer al toreo y dejemos al Rey en paz.

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