La revolera

La frontera

Paco Mora
sábado 14 de agosto de 2010

El definitorio término acuñado por Matías Tejela en Vinaroz ante las cámaras de TVV el pasado domingo merece popularizarse en todo el país…

El definitorio término acuñado por Matías Tejela en Vinaroz ante las cámaras de TVV el pasado domingo merece popularizarse en todo el país. Allí, en “la plaza más marinera de España” en expresión de José Luis Benlloch, tanto que casi se puede ver el Mare Nostrum mientras se le dan naturales a un toro de Fuente Ymbro. Allí le salió a Tejela la amargura que lleva dentro todo el toreo desde el día 28 del pasado mes de junio. Fecha de la proclamación de la Ley Seca catalana contra la Fiesta Nacional. Tejela dixit: “Soy feliz por haber podido torear dos toros de Fuente Ymbro como los he toreado, precisamente aquí: en LA FRONTERA”.

En los primeros años del Siglo XX, en los Estados Unidos de América se prohibió la venta y consumo de “güisqui”. La gente pasaba la frontera con México para empinar el codo o fabricaba la espirituosa bebida en el desván,  pero no dejó de beber. Al final se impuso el derecho del ciudadano a ser libre para machacarse el hígado si le rota. Aquí la cosa es más grave. Aquí nos han cercenado una de nuestras señas de identidad. Un aspecto multisecular de nuestra cultura como pueblo, y han prohibido a los profesionales del toreo el derecho a ejercer su profesión en un trozo de España. Si eso no es nazismo que venga Dios y lo vea. Ni Franco, ni siquiera Hitler o Mussolini, lo habrían hecho mejor. Y Hitler accedió al poder con un noventitantos por ciento de votación popular. Aviso a los navegantes. Lo digo por si alguno tiene la tentación de responder que ellos lo han hecho democráticamente…

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