FERIA DEL CORPUS
(Foto: Arjona)(Foto: Arjona)

Luque y Cristalero, un dúo de puerta grande en Granada

El torero de Gerena corta dos orejas de un bravo Cuvillo premiado con la vuelta al ruedo y al que se le llegó a pedir con fuerza el indulto
Mª Dolores Martínez
lunes 23 de junio de 2014

Manuel Escribano también sale a hombros tras cortar una oreja de cada toro de su lote en su presentación en esta plaza.

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE ARJONA DEL FESTEJO

Lo mejor estaba por llegar en el sexto, de la mano de un gran toro, de nombre Cristalero, y el toreo en estado puro de Daniel Luque. Se le pidió el indulto y su lidiador quiso provocarlo también alargando la faena hasta escuchar dos recados presidenciales. Se mostró muy firme la usía e inquebrantable en su acertado criterio, y acabó por premiar la bravura del toro con la vuelta al ruedo y la gran faena del diestro de Gerena con las dos orejas, El sevillano lo vio claro, le bajó la mano, quebró la cintura y no se cansó de darle fiesta en interminables muletazos en redondo. Se fue como un cañón detrás de la espada para redondear otro triunfo incontestable en Granada.

El mal uso de la espada no hizo justicia al enorme esfuerzo realizado por Daniel Luque en el tercero. Pese a ello el público le concedió la oreja porque pesó más en la balanza su derroche de entrega, improvisación e inteligencia para que la faena no bajara de ritmo a la par que el motor de su toro. Acabó metido en un palmo de terreno y coronando su labor con sus personalisimas luquecinas.

La tarde comenzó un tanto enrarecida por los pitos del respetable, que pidió insistentemente la devolución del primer toro de Cuvillo tras astillarse un pitón en un derrote y después por acusar flojedad cuando El Cid lo saludó de capote. El de Salteras logró sosegar los ánimos sólo en parte, porque quiso sacar partido del fondo de nobleza del astado dándole sus pausas y muleteándolo con esmero. No duró el astado y el intento no tuvo brillo. El Cid extrajo bastante más de lo que llevaba por dentro el cuarto, que era prácticamente nada. El toro, desrazado y parado, le obligó a recortar distancias y se empeñó en tragarle y obligarle a que se desplazara. Pundonor y correción en la faena del sevillano

Manuel Escribano optó por una portagayola como primera declaración de intenciones en su presentación en Granada. La vibración que quedó en el tendido no le abandonó a lo largo de todo su trasteo y alcanzó sus mayores cotas cuando logró parar al toro tras el lucido tercio de banderillas. El sevillano quiso bastante más que su astado, noble pero soso. Paseó una oreja a base de raza y firmeza. 

Las buenas sensaciones que Escribano había dejado en su primero tomaron carta de naturaleza en el quinto, que brindó al matador granadino Jesús Fernández “Yiyo”. Volvió a salir hecho un león y se fue de nuevo a la puerta de toriles y después a los medios, con las largas cambiadas, para empezar otra faena de mucha raza en las que los rehiletes también fueron su fuerte, con un emocionante par al violín y al quiebro pegado a tablas de gran exposición. El toro, al igual que el conjunto del encierro, amenazó con echarlo todo por tierra, pero Escribano anduvo listo para ganarse finalmente el respeto y el reconocimiento de la plaza. Se apretó mucho con el toro y abrocho su quehacer con bernardinas, pinchazo y estocada desprendida y trasera. Oreja.

Granada, sábado 21 de junio de 2014. Toros de Núñez del Cuvillo, correctos de presentación, a menos en el último tercio en su conjunto salvo el sexto, de nombre Cristalero, número 43, nacido en 10/09, de 532 kilos, negro, premiado con la vuelta al ruedo. El Cid: Ovación con saludos en ambos; Manuel Escribano: Oreja y oreja; Daniel Luque: Oreja y dos orejas tras dos avisos. Entrada: Tres cuartos.

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