La revolera

Talavante y su lote salvan la tarde

Paco Mora
miércoles 13 de agosto de 2014

Hoy se ha visto en El Bibio a un Talavante que de seguir por ese camino puede quitar muchos moños…

Hoy se ha visto en El Bibio a un Talavante que de seguir por ese camino puede quitar muchos moños. Con un toreo serio, variado y creativo y una espada flamígera ha cautivado al buen público de Gijón. Es Alejandro un torero que, de querer, no le hace falta echar mano del Twitter para decir nada porque lo expresa todo vestido de luces y en la arena. Con no hacer caso de los cantos de sirena que le prometan euros a seis pesetas, y no dejarse llevar al huerto, le basta y le sobra para ocupar un puesto preeminente en el toreo.

La de Begoña es una feria amable y con un público a favor del torero, que no exige el buey Apis ni mucho menos, ni falta que le hace. Pero una cosa es no exigir que el toro se salga de madre y otra consentir que le echen borregos enclenques, descastados y que duren menos que un caramelo en la puerta de un colegio, como los de ayer. Talavante se ha llevado el mejor lote, que, con sus virtudes y sus defectos, le ha permitido dejar su tarjeta de presentación y abrirse un crédito en tierras asturianas. Los ganaderos deberían cuidar mucho de no decepcionar a públicos como el del Bibio. Son oro de ley en los tiempos revueltos que corremos.

A Ricardo Gallardo se le cayeron dos o tres corridas el pasado año. Y en vez de buscar culpables en quienes le criticamos sus toros esas tardes, se puso manos a la obra y buscó soluciones a aquella peligrosa situación. Enseguida quedó resuelto el problema; se trataba de un error de alimentación. Y ahí están los toros de Fuente Ymbro ganando premios y haciendo felices a públicos y toreros con su calidad, casta y bravura. Los empresarios contratan toros y toreros y no son responsables de las claudicaciones de los toros ni de la abulia de los toreros. Los dos toros que se han mantenido en pie el tiempo necesario para una faena al uso se han ido al desolladero mutilados de un apéndice auditivo cada uno. Si los de Perera hubieran tenido lo que tienen que tener los toros, sean más grandes o más pequeños, dentro del peso y trapío -que no es lo mismo- establecido para la categoría de cada plaza, los hubieran arrastrado también sin orejas. Pero de donde no hay no se puede sacar. Repito una vez más: A la Fiesta sólo la salvará el toro. Cuando sale el toro todo lo demás es secundario.

Síguenos

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando