Juan del Álamo paseó una oreja mientras que Miguel Ángel Perera dio una vuelta al ruedo tras pinchar la faena al quinto.
GALERÍA FOTOGRÁFICA DE ANDRÉ VIARD
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Enrique Ponce fue silenciado tras pasaportar al primero de Montalvo, un toro bien presentado pero que careció de fuerzas. Faena técnicamente perfecta del valenciano que no se dejó tocar nunca la muleta frente a un animal que tuvo un molesto calamocheo. Solvente y fácil, los mejores momentos llegaron sobre la diestra dentro de un conjunto en el que faltó emoción. El cuarto, bien armado pero un tanto basto de hechuras, resultó un buen toro que permitió a Ponce cuajar una faena inteligente en la que el valenciano aprovechó todas las virtudes de su oponente. Bajo la lluvia, el de Chiva, sin obligar nunca al toro, ligó varias series notables sobre la mano derecha. Elegancia y temple. Acometía con fijeza el toro y la clase de Ponce puso la diferencia en un labor en la que entedió a la perfección al toro. Buen nivel al natural también. Estocada fulminante. Dos orejas.
Miguel Ángel Perera vio como devolvían al segundo por su falta de fuerzas. En su lugar salió un sobrero de la divisa titular ante el que dejó una faena de escaso relieve por el poco fondo de su oponente. Dio una vuelta al ruedo tras estoquear al quinto, un toro alto y muy armado por delante. Abrió la faena con dos pases cambiados por la espalda a los que siguieron varias series en redondo. Bien los de pecho. Se desplazaba el toro pero lo hacía sin mucho son. El extremeño exprimió al toro en una faena abundante. Dosantinas y manoletinas. Falló con la espada.
Juan del Álamo cortó una oreja del tercero, un toro bien hecho al que recetó un buen ramillete de verónicas ganando terreno. Faena entonada del salmantino, cuyo mérito estuvo en sujetar a un animal que evidenció su falta de raza. Dos series sobre la derecha fueron muy jaleadas antes de una manoletinas finales de buen ajuste. Faena dispuesta rematada de buena estocada. Al sexto que cerró festejo le cuajó una faena larga, de muchos muletazos. Labor con altibajos en la que el salmantino porfió con un toro que protestaba al final de cada muletazo. Esfuerzo de Del Álamo que saludó una ovación.
Fotos: André Viard