La edad de la plaza de toros de Madrid se cuenta a partir de octubre de 1934 porque fue entonces cuando empezaron a celebrarse funciones de manera regular -la primera, casi simbólica- y sin más interrupciones que las obligadas por los rigores del invierno. Y por los del verano también. La inauguración de junio de 1931 no tuvo carácter oficial, sino provisional; solo dos festejos más en 1933 fueron lo que en jerga taurina se llaman extraordinarios. Atípicos.