CORRIDAS GENERALES

Juli, sublime en Bilbao

El madrileño cuaja una obra maestra premiada de forma arbitraria e injusta por el palco con tan sólo una oreja
Íñigo Crespo
jueves 27 de agosto de 2015

Ponce realiza una muy bella faena con momentos profundos al noble primero paseando un trofeo; y Perera anduvo por encima del peor lote perdiendo un trofeo del sexto con la espada.

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE ARJONA DEL FESTEJO

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

LA OPINIÓN DE PACO MORA: “¡¡No me joas, Matías!!”

El Juli: “Quieren vulgarizar el toreo, esto no son goles”

Justo Hernández: “Juli ha matado 250 toros míos y es la faena más rotunda que le he visto”

Fotos: ARJONA

El Juli realizó ante el quinto una grandiosa faena, una obra perfecta ante un toro que sacó muchísimo fondo gracias a que se lo sacó el torero. Labor soberbia, en la que de principio a fin bajó la mano, exigió y empujó adelante la embestida con muletazos eternos, con gran ligazón y enorme trazo y dimensión. Dejó la muleta puesta en el morro, tirando del toro y toreando a placer. Dio tandas de mucha hondura por los dos pitones, sobresaliendo las últimas por el pitón izquierdo. Al final hubo un tramo de un gobierno realmente magistral, haciendo girar al toro en trenza sobre su figura, con gran quietud y las zapatillas atalonadas. Puso la plaza en pie en numerosas ocasiones. Dejó una estocada trasera y la petición de la segunda oreja fue atronadora. Un presidente insensible no cumplió con su obligación de impartir justicia y tampoco hizo valer el reglamento porque aunque la segunda oreja se concede bajo su criterio, también hay que tener en consideración -y no lo tuvo- tanto lo que le ha hecho el torero al toro como la unánime petición del público. Aunque quiso hacerse protagonista de la tarde, el único protagonista de la misma se llama Julián López “El Juli”.

Juli paseó un trofeo del segundo, un toro noble y manejable aunque muy al límite de la raza. Arrancó Julián en los medios con pases cambiados por la espalda, ejecutando después una faena larga y fundamentalmente de dominio. Bajó mucho la mano en las primeras tandas y sometió pronto al animal, que acusó ese mando durante la lidia. Fácil por los dos pitones el torero, que superó también los inconvenientes del viento. Labor jaleada por el público y concluida de estocada defectuosa.

Enrique Ponce cortó la oreja del toro que abrió plaza tras una faena magistral. La hizo ante un toro noble, manejable y bondadoso al que el valenciano cuajó una labor de una enjundia, belleza y armonía sobresalientes. Hubo mucha ligazón al principio, empujando al toro hacia delante, pero empezó a tomar verdadero cuerpo con la muleta en la mano izquierda, donde a base de técnica supo sujetar al animal -al que nunca le dejó irse a las tablas- y abandonarse toreando. De ahí en adelante fue todo un cante a la belleza, al gusto, a la despaciosidad y a la elegancia. Faena sútil y torera, cargada de argumento y repertorio, pues junto al toreo fundamental hubo remates de todas las marcas: un farol, molinetes, trincherillas, muletazos rodilla en tierra, cambios de mano… Dejó una estocada, el toro tardó en caer, el puntillero lo levantó… y todo quedó en una oreja.

El cuarto fue un toro deslucido, sin clase y brusco con el que Ponce hizo un esfuerzo considerable. Valiente y por encima del astado el de Chiva, que intentó meterlo en el canasto pero el animal echaba la cara arriba y pegaba tornillazos en los embroques. Fue imposible rubricar la tarde. Saludó una ovación desde el tercio.

El tercero fue un toro con poquito empuje, noble, bajito de raza y deslucido. Se quedó quieto Perera en una faena sin brillo, en la que trató de empujar al toro adelante, pero el animal se quedaba corto. Le tapó defectos el extremeño, que mató bien y saludó una ovación como premio a su empeño.

Toro noble pero apagado y de poquito empuje el sexto. Perera, muy metido desde el principio, anduvo muy entregado, iniciando de rodillas en los medios. Trató de ganarle al toro siempre un paso, muy inteligente, y al final metió al toro en la muleta. Labor con entereza emborronada con la espada. Si no, era de oreja. Ovación tras aviso.

Bilbao, jueves 27 de agosto de 2015. Toros de Garcigrande y Domingo Hernández (1º). Bien presentados, de buenas hechuras, con un toro de gran fondo, el 5º; manejable y noble el bondadoso 1º; apagado el último y deslucidos los tres restantes. Enrique Ponce, oreja y ovación con saludos; El Juli, oreja y oreja con fortísima petición de la segunda tras aviso y dos vueltas al ruedo por aclamación popular; Miguel Ángel Perera, ovación con saludos y ovación con saludos tras aviso. Entrada: Más de tres cuartos de plaza.

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