IN MEMORIAM
Limeño, embarcando una corrida en Los Romerales. En la imagen, con Ricardo Gallardo, con el que le unía una amistad casi fraternal.Limeño, embarcando una corrida en Los Romerales. En la imagen, con Ricardo Gallardo, con el que le unía una amistad casi fraternal.

"El toro en el campo… creo que ese es mi único vicio"

Confesiones del Pepe Limeño más íntimo
Redacción APLAUSOS
viernes 18 de diciembre de 2015
  • ¿Una ciudad para vivir?
    -Sanlúcar de Barrameda, claro. Porque es mi pueblo y lo más bonito de España.
    -¿Sólo por eso?
    -¿Te parece poco?… además tengo muchos amigos, me siento muy a gusto, estoy feliz… ¿dónde voy a vivir si no?
    -¿Una ciudad para torear?
    -Sevilla. Hay otras plazas pero veo toros en Sevilla y se ven de otra forma. Y he toreado en Sevilla y me he encontrado de manera distinta a como me he encontrado en otras plazas. Así que me quedo con Sevilla, Madrid es la primera del mundo pero me quedo con Sevilla.
    -¿Un estado?
    -¡España!
    -Un estado personal.
    -Casado si se es feliz.
    -¿Y casado sin ser feliz?
    -Eso es un martirio chino.
    -¿Una estación?
    -El otoño, cae la hoja pero a mí me va bien. Me siento más relajado.
    -¿Qué te cautiva?
    -Muchas cosas, la naturaleza, mis hijos, mis amigos, ver torear bien… muchas cosas.
    -Te veo facilón.
    -Lo soy.
    -¿Una pasión?
    -El toreo, sin duda.
    -¿Una causa para defender?
    -La paz por supuesto y por supuesto el fin del hambre.
    -¿Qué odias?
    -La envidia, la traición, la injusticia… en definitiva la mala leche.
    -¿Qué te saca de quicio?
    -Salir a la calle de buena mañana, feliz y a gusto y encontrarme con tanto tonto como hay dispuesto a amargarte la existencia.
    -¿Un hobbie?
    -El tenis, andar… Todos los días ando dos horas por la playa.
    -¿No toreas de salón?
    -La vida me ha quitado un poco el gusto… Algunas veces se me viene al paladar el torear y cojo la muleta, pero sólo no me veo e irme a la plaza para que me embista algún chaval pienso que se van a reír a de uno…. Eso me quita un poco la intención cuando se me viene al paladar.
    -¿Un vicio?
    -No fumo, no bebo… el toro en el campo.
    -¿Una película?
    -Hace mucho tiempo que no voy al cine. La última película que vi fue 55 días en Pekín… Ese día tuve un disgusto tan fuerte que me costó la separación.
    -¡Jo!
    -Es largo de contar pero es verdad. Entenderás que se me fuesen las ganas de volver. Eso fue en el ochenta… no he vuelto, pero dejémoslo así.
    -¿Un libro?
    -No leo. Sólo el Evangelio. Fíjate que lo llevo en el coche. Y alguna revista taurina.
    -¿Alguien ejemplar?
    -Hay mucha gente en la que me fijo y admiro, mucha.
    -¿Un personaje?
    -Juan Pablo II, le tengo una admiración tremenda.
    -¿Un secreto?
    -Tengo uno y me quiero morir con él. Muchos lo conocen pero… En su momento nadie quiso saberlo, todos escurrieron el bulto y ahora no es momento de explayarme.
    -¿Y un secreto que te gustaría descubrir?
    -Dónde está la varita mágica, dónde está el maná que en un momento envió Dios y ahora mismo no llega. En los países pobres la situación es demasiado. Los ricos deberían intervenir de una manera firme, por ahora hablan pero no reaccionan.
    -¿Apostólico y romano?
    -Total.
    -¿Total es beato?
    -Beato no, de eso nada. Tengo una manga muy ancha, tanto que perdonaría muchas cosas. Eso me lo enseñó mi madre siendo chiquito.
    -¿Qué tienes en la mesita de noche?
    -Un despertador, los evangelios y un libro que leí en su momento y me gustó aunque ahora no lo leo…
    -Título.
    -Camino… No soy del Opus pero en su momento me gustó el libro.
    -¿Un torero?
    -Actual Ponce. De los de antes Ordóñez.
    -¿Un cantaor?
    -José Mercé.
    -¿Un equipo?
    -Real Madrid.
    -¿Tienes ordenador?
    -Sí.
    -¿Y qué?
    -Que no lo utilizo. Es de los chicos. Yo utilizo a los chicos para que ellos me cuenten lo que me interesa del ordenador.
    -¿Una comida?
    -Muchas, pero hay una de por aquí que la llamamos el ajo que…
    -¿Ajo?
    -Es como el gazpacho pero en caliente. Lo hace la gente de la viña. Se come con rabanitos tiernos y con pimientos verdes. Me sale muy bien, te invitaré.
    -¿Una bebida?
    -La manzanilla.
    -Presumido.
    -Poco. Nunca lo fui. Orgulloso sí, un poquito. Sin embargo cuando me pongo un traje nuevo y me miro al espejo me gusto.
    -Gastoso.
    -Lo mínimo. Sin hacer el ridículo, ¡eh! Tampoco he tenido muchas posibilidades de ser derrochón pero no va con mi estilo.
    -Marquista.
    -Eso mis hijos. No me van las modas. Sólo compro lo que me gusta.
    -Machista.
    -A veces… pero no, no lo soy. Sí soy un poco antiguacho pero no machista.
    -Ligas más que un torero.
    -¡Ja,ja!… De joven algo ligaba pero no fui un tarzán.
    -¿Y si fueses alcalde?
    -Si fuese de una ciudad con una plaza importante se la daba a Simón Casas. Aparte de ser un gran empresario estaría yo.
    -¿Y si fueses más millonario?
    -No sé lo que haría yo con dinero, una cosa es lo que se dice cuando uno está tieso y otra cosa lo que se hace cuando están montados…. Yo conozco a muchos que cuando eran jovencitos tenían unas pretensiones y ahora que están ricos hacen y piensan lo contrario. Hasta políticamente.
    -¿Y si fueses mujer?
    -Sería normalita, un poquito de mi casa. Bueno, dependería un poco del compañero que me tocase. Si él me tocase las costillas a lo mejor respondería de otra manera, pero si fuese normalito… yo sería de mi casa.
    -¿Por quién perderías la cabeza?
    -Por mi madre, por mis hijos…
    -¿A quién quisiste y no pudiste?
    -Yo me enamoré de mucha gente, en ocasiones sin siquiera conocerla, sin llegar a hablar con ellas… yo siempre fui un poco tímido y muchas veces me quedé colgado con ganas de conectar con una mujer. Y si hablamos de otras cuestiones lo que quise lo logré.
    -Para ver a quien acudirías a la reventa.
    -Ahora mismo hay muy buenos toreros pero los tengo vistos. Me costaría mucho ir a la reventa.
    -¿Sueñas o tienes pesadillas?
    -Sueño, sueño. Más con los amigos que cuestiones de toreo. Cuando aparece el toro aparece en el campo.
    -¿Cuándo te emborrachaste por última vez?
    -Sólo me emborraché dos veces en mi vida, las dos queriendo ser hombre.
    -Cuenta.
    -Una fue de cacao… en una Semana Santa. Había un bar que se llamaba El Tecnicolor y valía una peseta una caña de licor, había de todo, anís seco, cacao, menta, pipermint… me tomé dos o tres copas de cacao y salí echo una pelota; la otra fue de más niño aún, metí una goma en el mosto del año que tenía mi padre y la cogí de espanto.
    -¿Y te curaste?
    -Jamás la volví a coger.

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