- ¿Una ciudad para vivir?
-Sanlúcar de Barrameda, claro. Porque es mi pueblo y lo más bonito de España.
-¿Sólo por eso?
-¿Te parece poco?… además tengo muchos amigos, me siento muy a gusto, estoy feliz… ¿dónde voy a vivir si no?
-¿Una ciudad para torear?
-Sevilla. Hay otras plazas pero veo toros en Sevilla y se ven de otra forma. Y he toreado en Sevilla y me he encontrado de manera distinta a como me he encontrado en otras plazas. Así que me quedo con Sevilla, Madrid es la primera del mundo pero me quedo con Sevilla.
-¿Un estado?
-¡España!
-Un estado personal.
-Casado si se es feliz.
-¿Y casado sin ser feliz?
-Eso es un martirio chino.
-¿Una estación?
-El otoño, cae la hoja pero a mí me va bien. Me siento más relajado.
-¿Qué te cautiva?
-Muchas cosas, la naturaleza, mis hijos, mis amigos, ver torear bien… muchas cosas.
-Te veo facilón.
-Lo soy.
-¿Una pasión?
-El toreo, sin duda.
-¿Una causa para defender?
-La paz por supuesto y por supuesto el fin del hambre.
-¿Qué odias?
-La envidia, la traición, la injusticia… en definitiva la mala leche.
-¿Qué te saca de quicio?
-Salir a la calle de buena mañana, feliz y a gusto y encontrarme con tanto tonto como hay dispuesto a amargarte la existencia.
-¿Un hobbie?
-El tenis, andar… Todos los días ando dos horas por la playa.
-¿No toreas de salón?
-La vida me ha quitado un poco el gusto… Algunas veces se me viene al paladar el torear y cojo la muleta, pero sólo no me veo e irme a la plaza para que me embista algún chaval pienso que se van a reír a de uno…. Eso me quita un poco la intención cuando se me viene al paladar.
-¿Un vicio?
-No fumo, no bebo… el toro en el campo.
-¿Una película?
-Hace mucho tiempo que no voy al cine. La última película que vi fue 55 días en Pekín… Ese día tuve un disgusto tan fuerte que me costó la separación.
-¡Jo!
-Es largo de contar pero es verdad. Entenderás que se me fuesen las ganas de volver. Eso fue en el ochenta… no he vuelto, pero dejémoslo así.
-¿Un libro?
-No leo. Sólo el Evangelio. Fíjate que lo llevo en el coche. Y alguna revista taurina.
-¿Alguien ejemplar?
-Hay mucha gente en la que me fijo y admiro, mucha.
-¿Un personaje?
-Juan Pablo II, le tengo una admiración tremenda.
-¿Un secreto?
-Tengo uno y me quiero morir con él. Muchos lo conocen pero… En su momento nadie quiso saberlo, todos escurrieron el bulto y ahora no es momento de explayarme.
-¿Y un secreto que te gustaría descubrir?
-Dónde está la varita mágica, dónde está el maná que en un momento envió Dios y ahora mismo no llega. En los países pobres la situación es demasiado. Los ricos deberían intervenir de una manera firme, por ahora hablan pero no reaccionan.
-¿Apostólico y romano?
-Total.
-¿Total es beato?
-Beato no, de eso nada. Tengo una manga muy ancha, tanto que perdonaría muchas cosas. Eso me lo enseñó mi madre siendo chiquito.
-¿Qué tienes en la mesita de noche?
-Un despertador, los evangelios y un libro que leí en su momento y me gustó aunque ahora no lo leo…
-Título.
-Camino… No soy del Opus pero en su momento me gustó el libro.
-¿Un torero?
-Actual Ponce. De los de antes Ordóñez.
-¿Un cantaor?
-José Mercé.
-¿Un equipo?
-Real Madrid.
-¿Tienes ordenador?
-Sí.
-¿Y qué?
-Que no lo utilizo. Es de los chicos. Yo utilizo a los chicos para que ellos me cuenten lo que me interesa del ordenador.
-¿Una comida?
-Muchas, pero hay una de por aquí que la llamamos el ajo que…
-¿Ajo?
-Es como el gazpacho pero en caliente. Lo hace la gente de la viña. Se come con rabanitos tiernos y con pimientos verdes. Me sale muy bien, te invitaré.
-¿Una bebida?
-La manzanilla.
-Presumido.
-Poco. Nunca lo fui. Orgulloso sí, un poquito. Sin embargo cuando me pongo un traje nuevo y me miro al espejo me gusto.
-Gastoso.
-Lo mínimo. Sin hacer el ridículo, ¡eh! Tampoco he tenido muchas posibilidades de ser derrochón pero no va con mi estilo.
-Marquista.
-Eso mis hijos. No me van las modas. Sólo compro lo que me gusta.
-Machista.
-A veces… pero no, no lo soy. Sí soy un poco antiguacho pero no machista.
-Ligas más que un torero.
-¡Ja,ja!… De joven algo ligaba pero no fui un tarzán.
-¿Y si fueses alcalde?
-Si fuese de una ciudad con una plaza importante se la daba a Simón Casas. Aparte de ser un gran empresario estaría yo.
-¿Y si fueses más millonario?
-No sé lo que haría yo con dinero, una cosa es lo que se dice cuando uno está tieso y otra cosa lo que se hace cuando están montados…. Yo conozco a muchos que cuando eran jovencitos tenían unas pretensiones y ahora que están ricos hacen y piensan lo contrario. Hasta políticamente.
-¿Y si fueses mujer?
-Sería normalita, un poquito de mi casa. Bueno, dependería un poco del compañero que me tocase. Si él me tocase las costillas a lo mejor respondería de otra manera, pero si fuese normalito… yo sería de mi casa.
-¿Por quién perderías la cabeza?
-Por mi madre, por mis hijos…
-¿A quién quisiste y no pudiste?
-Yo me enamoré de mucha gente, en ocasiones sin siquiera conocerla, sin llegar a hablar con ellas… yo siempre fui un poco tímido y muchas veces me quedé colgado con ganas de conectar con una mujer. Y si hablamos de otras cuestiones lo que quise lo logré.
-Para ver a quien acudirías a la reventa.
-Ahora mismo hay muy buenos toreros pero los tengo vistos. Me costaría mucho ir a la reventa.
-¿Sueñas o tienes pesadillas?
-Sueño, sueño. Más con los amigos que cuestiones de toreo. Cuando aparece el toro aparece en el campo.
-¿Cuándo te emborrachaste por última vez?
-Sólo me emborraché dos veces en mi vida, las dos queriendo ser hombre.
-Cuenta.
-Una fue de cacao… en una Semana Santa. Había un bar que se llamaba El Tecnicolor y valía una peseta una caña de licor, había de todo, anís seco, cacao, menta, pipermint… me tomé dos o tres copas de cacao y salí echo una pelota; la otra fue de más niño aún, metí una goma en el mosto del año que tenía mi padre y la cogí de espanto.
-¿Y te curaste?
-Jamás la volví a coger.