Si bien es cierto que su carrera no ha despegado con la fuerza que se esperaba de un torero con sus condiciones, el último Domingo de Ramos en Madrid le valió para revertir una situación “límite”, como él mismo reconoce. Habla sin cortapisas, no busca excusas ni lamentaciones. Sincero, natural y reflexivo. Personalidad dentro y fuera de la plaza. David Galván no quiere poner barreras a su ambición. En el año del cambio, un nuevo nombre asoma a la palestra del futuro.
– “Derribaré puertas hasta que me coloque donde quiero. Los peros, esques y demás lamentaciones en el toreo no sirven para nada”
– “La presión de Las Ventas me ha podido y atenazado en muchos momentos pero este año, en una situación límite, logré sacar lo mejor de mí”
– “En la plaza me muevo por intuiciones, por la pasión de cada momento y por los sentimientos que me fluyen en ese instante”
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