Marín, Lorenzo y Varea: Reválida en Nimes

José Ignacio Galcerá
martes 10 de mayo de 2016

Nunca en la historia de Nimes ha tenido lugar el hito de que tres toreros tomen la alternativa en un mismo abono. Hasta esta feria de Pentecostés. Álvaro Lorenzo, Ginés Marín y Varea se convertirán en matadores de toros de manos de tres padrinos de lujo: El Juli, Morante de la Puebla y José María Manzanares. El triple acontecimiento supondrá el espaldarazo definitivo al cambio generacional que se está produciendo en la Fiesta. Los tres protagonistas coinciden en que ha llegado el momento del doctorado y asumen el cambio de escalafón con naturalidad. Conceptos y personalidades distintas pero un mismo sueño: conquistar el cetro del toreo.

De los tres, Álvaro Lorenzo será el primero en doctorarse como matador de toros. Lo hará el 14 de mayo de manos de El Juli y Sebastián Castella. “La alternativa, con un cartel con dos figuras, me quita el sueño”, afirma de primeras el toledano. Álvaro Lorenzo no oculta la ilusión ante una fecha tan señalada en la carrera de cualquier torero. “Era uno de los sueños que siempre he tenido desde que empecé y ahora tengo que terminar de cumplirlo saliendo por la Puerta de los Cónsules”, señala ambicioso. Para el toledano, la alternativa es también “un premio y una oportunidad a la trayectoria que he tenido como novillero”.

Valora de forma positiva su etapa como novillero con caballos, en la que más allá de los triunfos ha crecido como torero. “Han sido años buenos aunque me ha faltado redondear algunas tardes. Aun así he logrado alzarme con certámenes como el Zapato de Oro de Arnedo. Esos triunfos son importantes pero me quedo con la evolución que he tenido como torero”. Sobre la base de un temple innato y una capacidad para adaptarse a las condiciones de cada animal, Álvaro Lorenzo ha ido forjando su trayectoria. “Ahora toreo mejor que antes y lo que voy a seguir buscando siempre es ser mejor torero cada día. Intento profundizar en la técnica, la estética, la expresión de los muletazos, la colocación…”, apunta. De menos a más. La carrera de Lorenzo ha ido haciéndose a fuego lento. ¿Se ha buscado que fuera así o ha venido dado?, preguntamos. “Los pasos en esta profesión hay que darlos cuando uno cree de verdad que está preparado y es ahora cuando lo estoy realmente. Pero no estoy preparado para ir a determinadas plazas y ya está sino que estoy preparado para triunfar. Mi carrera ha sido lenta porque así lo he creído conveniente. Hay que avanzar con garantías de que va a salir bien”, responde.

Desde que una mañana de junio de 2014 Álvaro Lorenzo pisara por primera vez el Coliseo de Nimes siempre lo tuvo en mente como escenario de su alternativa. “Aquel día tuve la suerte de cortarle dos orejas a un novillo de González Sánchez-Dalp y es una plaza que me ha transmitido siempre muy buenas vibraciones, tiene mucha sensibilidad y ganas de ver triunfar a los toreros”. Además de ello, hay otra circunstancia que el toledano cuenta así: “En mis inicios pasaba los inviernos con Daniel Luque, él la tomó allí y me metió en la cabeza la idea de tomarla en Nimes porque me dijo que daba suerte”, afirma.

Entre las claves para llegar al momento de la alternativa, Álvaro Lorenzo apunta el apoderamiento con la familia Lozano y en especial a la figura de Pablo Lozano padre. “Lo son todo y han sido decisivos en mi carrera. Sin ellos no habría tenido la evolución como torero que he tenido y como persona podría haberme desviado del camino correcto. Me siento un privilegiado por poder estar en esta casa”. ¿Hasta qué punto obliga a no fallar en ninguna tarde estar apoderado por una casa grande?, inquirimos. “Es mi entorno el que obliga a no fallar, el sacrificio que hace todo el mundo por mí me hace entregarme cada día en lo que hago. Los apoderados que confían en mí, mi familia, los ganaderos, los seguidores… por toda esa gente es por la que sientes el compromiso de no fallar”, reconoce antes de asegurar que nunca le ha pesado la responsabilidad de triunfar cada tarde porque “los apoderados siempre me han transmitido su confianza en mí”.

Junto a Ginés Marín y Varea, Lorenzo abandera la nueva generación de toreros que debe disputar el cetro de la Fiesta en los próximos años. “Mi mayor motivación es ser el mejor y estar lo más arriba posible. Quiero ser imprescindible en las ferias”. Esa aspiración empieza en Nimes. “Ahora mismo no pienso en lo que pasará dentro de un mes sino en ganarme ese sitio que tanto ansío. Creo que estoy preparado para conseguirlo pero me toca demostrarlo. En Nimes tengo que marcar las mayores diferencias posibles para ponerlo más difícil al resto”, comenta respecto a la competencia que mantendrá en la distancia con Marín y Varea. “Ese día mis rivales serán El Juli y Castella que es con quienes tengo que medirme”.

MARÍN BUSCA MARCAR DIFERENCIAS
Si me preguntas hace seis meses, te hubiera dicho que era el momento también de tomar la alternativa pero ahora estoy totalmente seguro de ello”. Así arranca la conversación con Ginés Marín. “Estoy preparado para tomar la alternativa y para dar el nivel en el escalafón”, responde con seguridad. “¿Presión? Intento transformarla en ganas e ilusión. La responsabilidad por triunfar, las expectativas sobre uno mismo… eso es lo que queremos vivir todos los toreros. Si la presión me pudiera sería un verdadero petardo”, comenta.

Ginés Marín vive con pasión el día a día de ser torero. El toreo de salón, el campo, la entrega en la puesta a punto. “Disfruto del entrenamiento y me ilusiono con pequeñas cosas, con mi evolución como torero y con intentar cosas nuevas delante de los animales. Es lo que más me llena ahora mismo y lo que me motiva es ser mejor torero”. El jerezano habla de evolución. De pros y de contras. “Hace tres años, sin las miradas que hay hoy en día sobre mí, era más Ginés Marín. Con el tiempo, las expectativas que generas te obligan a veces a traicionar esa pureza de los inicios para triunfar y eso no es bueno”. Marín ahonda en la idea de la pureza. “La falta de técnica es pureza. Cuando te quieres poner de verdad delante del toro y no tienes técnica lo haces de forma inconsciente y por tanto no hay nada más puro. Sigo profundizando en la pureza del toreo para no salirme de ese camino que es el que llevan los toreros grandes”.


Líder del escalafón de novilleros, la hoja de servicios de Ginés Marín ha sido sobresaliente hasta llegar aquí. “Ha superado incluso las expectativas que tenía. La realidad ha sido mejor que los sueños. Unas horas antes de debutar tenía sólo una fecha y ahora voy a tomar la alternativa con dos figuras en una plaza como Nimes”, reconoce sincero. Ambicioso y seguro de sí mismo, Ginés Marín no rehuye la competencia. Sobre la rivalidad con los dos toreros de su generación en esta feria, Lorenzo y Varea, apunta: “Mi objetivo va más allá de marcar diferencias con los toreros de mi generación. Busco alcanzar el nivel que tienen las figuras y como me encuentro preparado para ello es lo que ansío. Me ilusiona mucho la competencia directa que pueda tener con Morante y David Mora ese día”, afirma.

VAREA, A SEGUIR SOÑANDO
¿Sueño, oportunidad o reto? “La alternativa es un poco las tres cosas. Evidentemente todo el que quiere ser torero sueña con que llegue ese día y en mi caso ni en el mejor de los sueños hubiese salido tan bien planteado; también es una oportunidad de seguir avanzando en la profesión y por supuesto, es un reto de responsabilidad de estar en un cartel y una plaza de esta categoría”. De este modo refleja Varea sus sentimientos de cara a su doctorado que tendrá lugar el domingo 15 de mayo con José María Manzanares de padrino y López Simón de testigo.

De no saber si iba a debutar con picadores en la Magdalena de Castellón de 2014 a tomar la alternativa en Nimes. Así ha sido el recorrido de Varea en el escalafón de novilleros. “A partir de aquella novillada de Prieto de la Cal surgió todo; luego vino una temporada bonita con el final en Zaragoza y el indulto de Quejoso. El pasado año, si bien no fue el mejor en el aspecto estadístico, sí que me sirvió para madurar y conocer mejor la profesión”. Se refiere el castellonense al curso 2015, un año irregular en lo profesional y difícil en lo personal. “Las circunstancias personales acabaron reflejándose en la plaza de ahí que este año sea decisivo. El año pasado me di cuenta de que no hay que bajar la guardia en ningún momento y que en cuanto lo hagas te pasan por encima. Ahora tengo una segunda oportunidad para demostrar que lo que he conseguido no ha sido por casualidad”.

Varea toreó la segunda novillada de su vida en Nimes, un escenario de buen bajío para el de Almassora. “Tengo buen recuerdo de aquella tarde, corté una oreja y me impresionó tanto el Coliseo como el respeto de su afición”, comenta antes de añadir: “Esta va a ser una feria especial para mí, no sólo por lo que representa tomar la alternativa sino porque es el escenario ideal para dar un golpe de atención que me sirva para el resto de la temporada”, reconoce. De sus palabras se desprende la ambición de un torero que quiere despejar las dudas generadas el pasado año. “Es normal que hubiese dudas sobre mí porque fue una temporada irregular pero este año en Castellón se vio cómo estoy y lo que quiero conseguir y ahora me toca volver a demostrarlo primero en Sevilla y Madrid, y luego en Nimes”, apunta.

Torero de una sensibilidad especial y una acusada personalidad, Varea anda estos días en el campo ahondando en su tauromaquia. “Me gusta sentir las embestidas de los animales, busco mejorar por encima de todo y sentir que mi techo está muy lejano todavía. Mi objetivo a día de hoy es que me sirvan el mayor número de animales posible para estar muchos años en primera fila”. Comprometido consigo mismo y con la profesión, Varea respaldó su carrera este invierno con el apoderamiento de la empresa de Castellón. “Quien piense que eso da tranquilidad está equivocado porque es todo lo contrario. Es bueno tener un respaldo así pero en esta profesión hay que demostrar día a día que eres muy buen torero. Un apoderamiento como el mío obliga a comprometerse más aunque pienso que el mejor apoderado de un torero es su capote, su muleta y su espada”.

Como última reflexión, Varea fija la mirada en el futuro y en la competencia que se abre en el escalafón entre los toreros jóvenes y las figuras. “Quiero estar en esa nómina, deseo sumarme a esos carteles con las figuras pero eso lo irá definiendo lo que sea capaz de hacer delante del toro. El nivel es muy alto pero si he decidido dar el paso es porque me veo maduro para estar arriba”, concluye.

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