LISBOA

Padilla arrasa y abre la puerta grande de Campo Pequeno

Impacta el jerezano, que da cinco vueltas al ruedo. Buena dimensión de Juan del Álamo
Andrade Guerra
viernes 15 de julio de 2016

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE JOAO SILVA

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

Fotos: JOAO SILVA

Juan José Padilla protagonizó una noche memorable en la plaza de toros de Campo Pequeno. El diestro jerezano dio cinco vueltas al ruedo y salió a hombros tras impactar en la afición lisboeta. Su primera virtud fue el modo casi instantáneo como comunicó con el público, que se le entregó, sin fisuras, a lo largo de toda la noche. Padilla correspondió utilizando todas sus armas para rubricar una actuación muy completa, en la que cumplió con creces el primer mandamento del toreo: dominar a sus oponentes y extraerles todo lo que llevaban dentro. Ya en su primero, noble y de escasa duración, armó un alboroto empeñandose a fondo al intentar vencer la falta de transmisión del toro.

La apoteosis se consumó frente al sexto, un astado codicioso y repetidor. De nuevo el jerezano sacó de repertorio hasta poner a todos de acuerdo. Alardes de coraje, adornos y desplantes, sin decuidar el toreo esencial al diseñar una y otra vez series mandonas por ambos lados -hubo naturales al ralenti, de mano baja y nota alta-. La puerta grande se abrió por primera vez esta temporada y por ella pasó, con absoluto merecimiento, el huracán Padilla.

Juan del Álamo tuvo, en conjunto, una actuación positiva, aunque acusó el impacto del “Pirata”. No quiso el salmantino irse de vacio y construyó una bella faena frente al noble tercero, destacando las series templadas de derechazos, donde dejó patente su buen estilo. El que cerró plaza era un manso que embestía rebrincado, al que Álamo planteó batalla, firme y decidido, hasta sacar el máximo partido, sin opciones de redondear un triunfo.

En la parte ecuestre, el veterano Luis Rouxinol quedó casi inédito, ingresando en la enfermeria aquejado de una lumbalgia. En la lidia por colleras, ante el toro que rompió plaza, pudo dejar apuntes de su madurez, realizando suertes de mérito. Luis Rouxinol hijo, que todavia no ha tomado la alternativa, lidió tres toros (el primero a dúo), causando una grata impresión, sobre todo por la seguridad que mostró, lo que reafirma sus credenciales de cara al futuro.

Las pegas de cara fueron ejecutadas, con mucho valor, por los forcados amadores del Aposento del Barrete Verde de Alcochete.

LISBOA. Jueves, 14 de julio de 2016. Toros de Varela Crujo, bien presentados, en general de buen juego. Luis Rouxinol hijo, vuelta y vuelta; por colleras, Rouxinol, padre y hijo, vuelta; Juan José Padilla, dos vueltas y tres vueltas; Juan del Álamo, vuelta y vuelta. Entrada: Tres cuartos de plaza. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Victor Barrio.

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