Los tres en raya: El Juli, Talavante y Roca Rey. El podio de San Fermín. Por el orden que se prefiera. El cartel redondo del abono. Solo que no llegaron a coincidir en uno mismo. Roca Rey, que dobló, abrió feria el 7 de julio y la casi cerró el día 13. Una corrida primera de Fuente Ymbro y otra de Cuvillo, distinta, rara dentro de una ganadería tan larga. Para veteranos catadores, la mejor que Cuvillo ha jugado nunca en Pamplona.
– No siempre se piensa en la cabeza de los toreros distinguidos por el valor -el valor sin límites en este caso, superlativo-, pero esa primera faena de Roca, la tarjeta de visita, fue de tanta inteligencia como aplomo o juego de brazos
– Al quinto jandilla le hizo Alejandro Talavante la faena más rica de matices de todos los sanfermines. La más graciosa sin dejar de ser severa. La única que pareció sin serlo un juego
– El Juli obró el milagro de templar la embestida del toro de Victoriano. Épica resolución, como requiere el caso del toro crudo que ataca. Rotundo, como tantas veces El Juli, pero con una pasión refrescada, renovada, más desatada de lo habitual
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