FERIA DE SANTIAGO

Apoteosis poncista, tres orejas y faenón en Santander

Del Álamo y Roca Rey, de vacío en un festejo que contó con un toro de Miranda y Moreno premiado con la vuelta
Licinia Muñiz
martes 26 de julio de 2016

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE ARJONA DEL FESTEJO

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

Fotos: ARJONA

Obra cumbre de Enrique Ponce ante el cuarto, un gran toro de Miranda y Moreno premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre sin las orejas que la presidencia concedió al valenciano. Se rompió el de Chiva, que toreó como de salón al mejor toro del encierro. Bajo los compases de La Misión, Ponce dejó fluir su toreo pleno de naturalidad y desmayo ante las continuas ovaciones del público, que vivió con alborozo la magistral labor. Belleza y compás en cada muletazo. Preciosa melodía en su faena. Una serie iniciada con poncinas y continuada con redondos flexionando la pierna fue antológica. Un pinchazo y un pinchazo hondo no fueron óbice para que el palco le reconociera con el doble trofeo. Con este toro, el de Chiva ha superado los estoqueados por Rafael Molina “Lagartijo”, primer Califa del Toreo.

Abierto de cara el primero, Enrique Ponce le cuajó un buen quite por delantales y chicuelinas. Inició la faena doblándose por abajo con el toro, un animal de buena condición al que fue metiendo en el canasto poco a poco a base de temple, paciencia y conocimiento. Manejó bien los tiempos y las distancias en una labor en la que molestó el viento. Mató de una buena estocada, pidiéndose para el valenciano las dos orejas que el palco dejó en una.

El segundo salió descoordinado, corriendo turno Juan del Álamo y lidiándose el previsto como quinto. El salmantino lo recibió con una larga cambiada en el tercio, verónicas y chicuelinas ajustadas. Bien Jarocho con las banderillas. El de Miranda y Moreno tuvo nobleza y clase pero quiso más que pudo. El mirobrigense exprimió a su oponente en una faena valiente e inteligente. Sonó un aviso antes de una estocada entera.

El quinto apuntó buen fondo desde los inicios con el capote. Toro alto, enmorrillado y astifino. Difícil para los peones en los primeros tercios. Y aunque con brusquedad en la embestida, Del Álamo lo fue templando hasta conseguir acoplarse en las últimas series. Bajo un buen pitón derecho se cuajó la faena en la que el salmantino dio otra dimensión de su toreo. El salmantino se reencuentra en Santander con su toreo, esta vez ante un toro noble pero con muchas teclas. Pinchazo. Estocada y leve petición. Vuelta al ruedo.

De rodillas comenzó con la muleta Roca Rey con valor, ligazón y aparente facilidad. El peruano sustentó la faena sobre ambas manos, se arrimó, acortó las distancias y se dejó llegar mucho al toro en una labor solvente, de notable seguridad. Un pinchazo hondo que necesitó de un golpe de descabello dejó todo en una ovación.

Roca Rey, con el esportón lleno de Puertas Grandes, salió con todo el arsenal ante el sexto. Desde el capote deslumbró arriesgando por tafalleras y chicuelinas combinadas. Abrió faena con ayudados por alto y finalizó la serie con un cambiado por la espalda escalofriante. El peruano sabía lo que quería. Sin embargo, el de Miranda y Moreno, de noble condición pero un poco agarrado al piso, ayudó poco en la labor del peruano. En los terrenos del colorado, desafió a la bravura y ganó la batalla. Pinchó una faena de gran exposición. Silencio tras aviso.

Santander, martes 26 de julio de 2016. Toros de Miranda y Moreno, el 5º jugado como sobrero tras devolverse el 2º por flojo y correrse turno. Desiguales de juego. Excelente el 4º, “Bendecidito”, número 2, nacido en 11/11, de 503 kilos de peso y de pelo tostado, que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Bueno el 1º. Manejables 2º y 5º. Más deslucidos 3º y 6º. Enrique Ponce, oreja con petición de la segunda y dos orejas; Juan del Álamo, ovación con saludos tras leve petición y vuelta al ruedo; Roca Rey, ovación con saludos y silencio tras aviso. Entrada: Dos tercios de plaza.

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