Unanimidad en Madrid. Un triunfo redondo de la divisa burgalesa que lidió el pasado 21 de agosto una corrida completa, con hasta cinco ejemplares de gran juego y dos animales –tercero y sexto- que el propio ganadero admite que se los hubiese llevado al campo. La frondosa rama del tronco Ybarra en estado puro. Una ganadería que ha sabido evolucionar y ahondar en su simiente hasta crear un toro bajo de hechuras, con cuello, cuajo y muy equilibrado de báscula. Un triunfo para reivindicar un trabajo y una selección. Clase, entrega y poder, los tres pilares de la bravura.
– “Quedó demostrado que con un toro bajo pero fuerte, su cara colocada y dando espectáculo en el caballo y en la muleta, se puede triunfar en Madrid”
– “Si un toro reunió todas las virtudes que debe tener un toro bravo, ese fue el sexto. Fue un animal de una transmisión y un fondo muy grande. En mi opinión, de vacas”
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