La ausencia en las primeras ferias del año ha marcado la temporada de Finito de Córdoba. Alejado de las plazas de responsabilidad, el diestro nacido en Sabadell ha completado su vigésima temporada como matador de toros con un sello inconfundible, el de la fidelidad a una manera de vivir, de sentir y de torear.
La faena de Barcelona y el indulto de “Furtivo” en San Roque, obras cumbre de su temporada
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