La campaña del madrileño ha sido mucho más amplia de registros, actitud, determinación y dimensión que la que marca la frialdad de los números. Una madurez acrisolada y sólida de un torero cargado de conocimientos para estoquear con seguridad todo tipo de toros. Faenas como las cuajadas en Madrid frente a un toro de Baltasar Ibán y otro de Palha, o las dos de Ceret frente a dos ejemplares distintos de Moreno Silva, son prueba evidente de quién es Alberto Aguilar. Admite estar contento por el presente y esperanzado en un futuro cuyo techo aún no vislumbra.
-“Soy un luchador nato. Cuando me vengo abajo tiro del carrode mi ilusión para mantenerme a flote y convencerme de que soy capaz”
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