Mantenerse entre los mejores y vivir en la máxima exigencia nunca es fácil, sin embargo eso lo lleva haciendo Daniel Ruiz desde hace muchos años. La divisa albaceteña ha cosechado otro año de éxitos, regularidad y toros bravos, argumentos con los que ha defendido con creces su estatus y categoría de ganadería predilecta de las figuras. Un toro en constante evolución, que sirva de hilo conductor de faenas que queden para el recuerdo y que permita al torero expresarse y sacar a relucir toda su tauromaquia. Ese es el objetivo, la persecución de un toro soñado que se acerque a la excelencia.
– “Sabemos que estamos en el camino correcto pero también somos conscientes de que nos la jugamos todos los días y hay muchas tardes en que se pasa mal”
– “Las formas de embestir cambian por la manera de torear que marcan las figuras del momento, que hacen cosas que hace años parecían impensables”
– “No sabemos qué pasará dentro de unos años, pero ahora se ha conseguido un toro que embiste con categoría superior y por eso estamos viendo torear tan bien a tantos toreros”
– “En el momento en que no funciona la corrida y se nos resbala un pie aquí no hay amigos, la dejan de matar desde el primer minuto, no te permiten el más mínimo fallo”
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