La página de Manolo Molés

El futuro existe

Manolo Molés
jueves 16 de febrero de 2017

De toreros es lo que vamos mejor, este país sigue siendo fértil en el campo de buenos profesionales. Desde las figuras a los maduros. Simón tiene mimbres, más que nunca, para hacer la feria de San Isidro más original, más atractiva, menos repetitiva, mezclando generaciones, estilos y, por favor, ganaderías. Sí, hubo tiempos en que “en la Fiesta no se ponía el sol”. Ahora o estamos acosados por el animalismo mal entendido y bien financiado (caso americano y también europeo) o por el judaismo del dinero versus Cataluña. Allí la política de independencia, que también es una forma de tapar los ojos al personal y de paso pasar a segundo o a último plano el saqueo político, el dinero cobrado, gastado y acumulado ilegalmente, nos lleva a lo que ya sabíamos. Balañá es prisionero de su fortuna y sus negocios extra taurinos. Los hijos y nietos de don Pedro, aquel que puso en marcha la enorme fortuna y que con el dinero de los toros acaparó el negocio del cine al cien por cien en Barcelona, están presos por lo que deben a Generalitat y Ayuntamiento. En definitiva: a la deriva nacionalista, tan rentable y al tiempo buenísima tapadera de cuentas pendientes que allí se enterrarán como legados de un sueño llamado independencia.

Balañá no dará toros, dicho y hecho, al menos “de momento”. Ese de momento quiere decir que en el escenario catalán actual y el que ha de venir significa: “Nunca”. Tú no puedes morder la mano que te hace más rico. Vale.

Lo siento por esa Cataluña a la que yo no sólo iba a ver toros, también a respirar bajo el franquismo aires de libertad, con mi hermano Raimon, el padre de la “nova cançó”, el hombre más limpio y honesto que he conocido. Se rebeló y se la jugó en la dictadura; y no ha aceptado ni ha colaborado en la deriva nacionalista de la Cataluña que tanto defendió. Gente honrada y limpia en medio de ese gallinero de intereses y cuentas pendientes, en ese paraíso de la pasta que es Andorra donde el dinero negro habla también catalán. Mientras Balañá dependa del poder catalanista olvidaos de los toros. Es la puñetera realidad.

LA EMOCIÓN DEL TORO Y LA VARIEDAD DE ENCASTES

Me gusta más la lucha noble del taurinismo por defender Bogotá. Políticos, animalistas, gentes bien pagadas o mal informadas son el nuevo muro para la Fiesta. La Colombia después del César no fue fácil. Pero debo ensalzar el esfuerzo de gente como Negret, enorme mano izquierda para el negocio y la política. Inteligente, luchador, documentado. Abrió la Santamaría. Volvió la afición. Se le negaron injustamente varias figuras. Y aun así. Lleno en el retorno y Roca Rey, el rey de la nueva hornada. Y ese Garrido más aguerrido que nunca, tres orejas, indultó a un toro de Mondoñedo; Rafaelillo otra y Paco Perlaza, el más maduro de los toreros granados en Colombia; y que Simón debería un día darle la oportunidad de despedirse de Madrid. Que es el sueño americano de los toreros de allá.

Intentamos no perder las plazas americanas en esta reconquista taúrica. Y ahí asoma la México; al fin casi llena y refrescándose con toreros como Roca Rey o la madurez de un chavalillo de Chiva llamado Ponce o el dúo del gozo y la mascletà con Morante y Juli a hombros y el joven Adame sin fortuna en la pedrea. Antes, “el consentido” (en México quiere decir eso el torero con más partidarios), o sea, Ponce, puso la plaza boca abajo como tantas veces y tal vez con más fuerza que nunca.

La pregunta es: Esos veinticinco o treinta mil que han ido dos o tres tardes a la plaza más grande del mundo, ¿por qué no van ni en una octava parte con carteles que muchas veces son dignos? Yo creo que la culpa, además de los precios, la tiene la nobleza sosa y aburrida de demasiados toros mexicanos. Y está claro, si no hay emoción en el toro, sólo va la gente a ver a algunas figuras. Pero ese es un sistema con pies de barro. A ver si hay algún remedio.

Te lo digo una vez más. Lo primero es la emoción del toro y la variedad de encastes. En Valencia van todas las corridas de Domecq que ya conocemos. Y algunas valdrán. Seis de Domecq (las de casi siempre) y una de Núñez. Un poquito de Santa Coloma, un poquito de Ibán con su toque Contreras y el menú sería mucho más variado. Por eso te digo: no nos mejicanicemos en lo que justamente es lo que allí hay que mejorar, el toro feble.

LA NOUVELLE VAGUE DEL TOREO YA ESTÁ ARREANDO

Aquí toreros hay. Eso sí es evidente. Unos más vistos y otros por hacer pero este país sigue siendo fértil en el campo de buenos profesionales. A los que hay que respetar. Desde las figuras a los maduros como Curro Díaz, los añorados Juan Mora o Finito, etc. Hay figuras y toreros como Ureña que suma adeptos entre los aficionados más exigentes. Eso es buena señal. Como lo es que así de memoria sea capaz de recitar todos estos nombres que nos llenan de ilusión y futuro. Es la nouvelle vague del toreo. Ahí están ya arreando: López Simón (el que abrió la puerta), Roca Rey, Luis David Adame, Garrido, Javier Jiménez, Álvaro Lorenzo, Ginés Marín… y a la espera de Varea, Filiberto, Román renovado, un venezolano llamado Colombo, Martín Escudero, Gonzalo Caballero, etc. y una oleada que se está cuajando. De toreros es lo que vamos mejor. De toros hay que abrir o morimos por asfixia. Y los empresarios: cuiden carteles, toros y precios. Y pongan al que se lo merece y no porque manda el cambio de cromos. Simón tiene mimbres, más que nunca, para hacer la feria de San Isidro más original, más atractiva, menos repetitiva, mezclando generaciones, estilos y, por favor, ganaderías. Madrid tiene que ser el faro ya que Balañá apaga el suyo mientras dobla al catalán sus películas y sus millones. Que Madrid, Simón, sea un ejemplo de futuro. Que existe.

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