Plaza de toros de ValenciaA todos los que han hecho una campaña de acoso y derribo hacia los aficionados valencianos, tachándonos de espectadores de circo, conformistas y facilones, les diré que yo llevo muchos años tragándome ferias y carteles infumables, aburridos, sin emoción, etc., en plazas como Madrid, Sevilla, Zaragoza o Bilbao; y no por ello inicio una campaña de desprestigio contra la afición de estas plazas, tal y como se está haciendo estos días contra los aficionados valencianos.
Con el fin de la primera feria importante de la temporada ha llegado también un aluvión de críticas en las redes sociales hacia los aficionados de la Comunidad Valenciana.
Vaya por delante mi desacuerdo hacia lo que ya llevamos años soportando: el nivel ganadero de Valencia está muy lejos de lo que a muchos aficionados nos gustaría. Pero lo mismo ocurre en el resto de ferias importantes de la península, porque les diré a todos los que han hecho una campaña de acoso y derribo hacia los aficionados valencianos, tachándonos de espectadores de circo, conformistas y facilones, que yo llevo muchos años tragándome ferias y carteles infumables, aburridos, sin emoción, etc., en plazas como Madrid, Sevilla, Zaragoza o Bilbao; y no por ello inicio una campaña de desprestigio contra la afición de estas plazas, tal y como se está haciendo estos días contra los aficionados valencianos, que sin ánimo de considerarlos más que otros, siempre están ahí para defender la tauromaquia en todas sus ramas, como en las manifestaciones de Castellón y Valencia o el Congreso de estas semanas atrás, sin entrar en más detalles.
Cada plaza tiene lo suyo, puede gustar o no, se puede estar de acuerdo o no, pero forma parte de la Fiesta. ¿O nadie ha oído en Pamplona minutos antes de que el primer toro salte a la arena los cánticos de las peñas con frases muy llamativas, o sus aplausos cuando un participante en el festejo es herido o sus pitos a la hora del tercio de varas o la muerte del toro? Por no hablar de los pitos de Las Ventas hacia no se sabe qué, ni cuándo, ni cómo, que nos dejan al resto de aficionados que estamos presenciando el festejo sin saber lo que allí ocurre; o lo acaecido estos años atrás en Sevilla donde la NO presencia de figuras dejó la imagen desoladora de la Real Maestranza vacía.
¿Y por ello tenemos alguien el derecho de crucificar al resto de aficionados de estas ciudades que tienen pasión por nuestra Fiesta? ¿Por ello tenemos que no guardar máximo respeto hacia los aficionados de Madrid, Sevilla, Zaragoza, Bilbao o Pamplona que profesan una afición desmedida y basan en el respeto su afición?
Está muy de moda hablar de “aficionados” y “público”, pero mi pregunta es, ¿podríamos soportar económicamente una feria solo con los que nos autodenominamos aficionados y nos creemos catedráticos del toreo? Y ojo que me autoincluyo.
Lo que ha ocurrido en Valencia ocurrirá en todas las plazas españolas, así es que, señores periodistas y amigos de las redes sociales, respeten al aficionado y al público de la Comunidad Valenciana que aquí hay “pa’tos”.
Se habla de los ganaderos, de los empresarios, de los presidentes, de los veterinarios… pero el problema está en el que mata la corrida, en el que repasa en el campo las camadas y elige el toro al que se va a enfrentar, en el que después de no querer torear la corrida “tal” elige su ganadería, sale al ruedo y ladea la cabeza de un lado a otro diciendo NO cuando el toro se cae, no tiene fuerza, no tiene casta, no tiene emoción, ni presentación, ni trapío: ¡PERO SI ESTÁ USTED TOREANDO LO QUE HA ESCOGIDO, MATADOR!
Y mientras, otro año más, mucho ruido pero pocas nueces. Todo seguirá igual y nadie se plantará, entre otras cosas porque esto es una cadena en la que el empresario (muy lógico, además) no quiere perder dinero y para ello debe de llenar la plaza; el ganadero no quiere que sus toros se queden en el campo y hará todo lo que el sistema le pida; la figura se negará a estar en el cartel “tal” si no se aprueban los toros que él quiere; el presidente y el veterinario se verán en el problemón de suspender una corrida con todo el papel vendido y el público no irá a la plaza si toda la cadena anteriormente citada no se sigue a rajatabla.
Y mientras tanto, los aficionados criticándonos los unos a los otros.
¿Pero saben qué…? Que seremos otra vez nosotros, el aficionado/público de la Comunidad Valenciana, los que volveremos a dar la cara, volveremos a estar ahí, intentaremos (si la empresa de Valencia quiere) recuperar el tiempo perdido en nuestra querida plaza y superaremos la cifra de los 9.000 festejos este año 2017.
Ánimo a los aficionados de la Comunitat Valenciana, sois únicos.
Firmado: Vicente Nogueroles, presidente de la Unión Taurina Comunidad Valenciana y de la Federación de Peñas Taurinas de Bous al Carrer de la Comunidad Valenciana.
