Los escalafones a secas son listas de toreros más por el oficio que propiamente por el beneficio. O sea, más por cargo que por personalidad, trayectoria, genio o méritos. Por tanto, esos doscientos nombres casi amontonados hace una semana aquí mismo, en estas dos paginitas y en una supuesta Generación del 98 habrán sido un atentado contra la inteligencia del lector medio. (¡Disculpas por tanta morralla!)
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