Enrique Ponce mostraba su satisfacción en los micrófonos de nuestros compañeros del canal Toros tras pasear la oreja del primer toro de su lote en la plaza de Madrid. El diestro valenciano analizaba de esta manera su faena: “El toro iniciaba muy bien pero salía desentendido y luego ha ido a peor en ese sentido. Había que dejarle la muleta en la cara para que no saliera desentendido”.
Sobre su actuación, comentó: “La faena para mí ha tenido mucha alma, me he abandado y he toreado como siento el toreo, ha habido momentos de un abandono y relajo… de llevar al toro por abajo. El final de faena ha sido bonito. Venía a torear y he toreado a gusto. A Madrid se viene con presión siempre pero desde que me abrí de capa he venido a sentirme como soy: torear abandonado y disfrutar de una plaza que es dura y difícil pero a la vez una maravilla. Cuando sientes esos oles, no hay otra”.
Al cuarto le cortó otra oreja que le abría la puerta grande de Las Ventas, la cuarta de su ya dilatada trayectoria. El valenciano expresaba su felicidad: “Ha sido una recompensa grande a la entrega y a mi forma de torear. Estoy contento, ¡qué te voy a decir!. Era un toro de tirar la moneda al aire, muy difícil de templarlo… ni me creía que pasara por ahí, eran hachazos por todos los lados. Después de 28 temporadas como matador de toros, 30 años desde que debuté con picadores, poder salir en hombros de esta plaza es un sueño hecho realidad. Quiero agradecer a todos los que han crecido en mí, que disfruten este triunfo como si fuera suyo”.
