La revolera

Nuestro gozo en un pozo

Paco Mora
viernes 16 de junio de 2017

Sólo se ha salvado de lo anodino de la tarde El Juli, que le ha arrancado una oreja al “Almirante” lidiado en cuarto lugar a base de sabiduría, colocación y entrega. El toro en cuestión tenía más teclas que un piano y más resortes que un mueble-bar.

Tarde de expectación en Las Ventas. Corrida de Beneficencia. En el Palco Real, S.M. el Rey Felipe VI de España acompañado por el Ministro de Cultura, la presidenta de la Comunidad de Madrid y Curro Vázquez, que tampoco es cualquier cosa. En el ruedo tres miembros de la JUJEM (Junta de Jefes de Estado Mayor) del toreo claro; El Juli, José María Manzanares y Alejando Talavante. Los toros de Victoriano del Río, en sus dos acepciones ganaderas, la que se lidia con su nombre y la denominada Toros de Cortés, flojos y descastados que han dado al traste con la gran expectación que había suscitado el cartel.

Sólo se ha salvado de lo anodino de la tarde El Juli, que le ha arrancado una oreja al “Almirante” lidiado en cuarto lugar a base de sabiduría, colocación y entrega. El toro en cuestión tenía más teclas que un piano y más resortes que un mueble-bar, pero el de Velilla de San Antonio, que por algo es uno de los grandes mariscales del toreo actual, ha planteado la batalla en terrenos prohibitivos para quien, en su cartilla militar, en vez del “se le supone” refiriéndose al valor, no pone con letras mayúsculas: “VALOR PROBADO”. Los muslos de don Julián López Escobar han sido los muros de contención de la escasa casta y sobrada malicia del “Almirante” referido, y, como con la espada el Cid Campeador a su lado era un gracioso, ha sido el único que ha cruzado el ruedo al final de la corrida entre los aplausos del público que llenaba a rebosar los tendidos de la plaza de la Calle de Alcalá.

Tanto Manzanares como Talavante bastante han hecho con mantener su generalato sorteando a pecho descubierto, con suficiencia, valor y categoría, el “tiroteo” de los pitones de los “victorianos”, que, por cierto, no han recordado para nada a los de la corrida del mismo hierro lidiada en la pasada Feria de San Isidro. ¿Por qué no han servido hoy los toros del señor Del Río? Averígüelo Vargas. Pero se me antoja que: primero, porque el toreo no es una ciencia exacta, y la cría del toro bravo, menos aún. O, si no, que se lo pregunten al gran “Chapu” que tiene respuesta “chiripitifláutica” para todo. ¡Dios mío, qué cruz!

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