FERIA DE LA MADELEINE

De Justo destaca con los adolfos en Mont de Marsan

El extremeño estuvo por encima del complicado quinto, al que le cortó la oreja, y la espada le impidió mayor resultado en su primero; valor y capacidad de Aguilar y Lamelas ante encastados adolfos
Jean Louis Haurat
domingo 23 de julio de 2017

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE ISABELLE DUPIN

FOTOS DE LA COGIDA A ALBERTO LAMELAS

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

Fotos: ISABELLE DUPIN

En primer lugar salió un serio cinqueño de Adolfo Martín que barbeó tablas y que empezó punteando los engaños. Entró dos veces al caballo, primero defendiéndose y luego salió suelto. Calamocheó en la faena, pasó a ser un toro molesto que, en una de las series, se quedó corto y con el derrote tiró al suelo a Alberto Aguilar, que se quedó a merced del toro y, por suerte, se libró de la cornada. El madrileño, aun así, pudo sacar series con mucho mérito venciendo el sentido que desarrolló el cárdeno. Mató de estocada casi entera desprendida y descabello. Vuelta al ruedo.

Bien hecho y largo fue el cuarto de la tarde, que recibió Aguilar con buenas verónicas. El toro entró con bravura en el primer puyazo y se arrancó de lejos en el segundo. Quitó Emilio de Justo por chicuelinas y revolera y, en la muleta, Alberto Aguilar aprovechó las cualidades del toro para las primeras series, para dejar muletazos largos y templados por ambos pitones. Sin embargo, se apagó pronto. Lo siguió intentado el madrileño para lograr alguna serie más pero ya no había material. Mató de un pinchazo sin soltar y una estocada entera caída. Silencio.

En segundo lugar salió el único cuatreño del encierro, un toro sin cuello que cumplió en varas en los dos encuentros y que luego, en banderillas, cambió totalmente de comportamiento. Se orientó. Tanto que, al tercer par, fue directamente al pecho. Ante ese comportamiento peligroso, Emilio de Justo optó por provocarle constantemente y consiguió robarle, con mucho mérito, una serie completa por el pitón derecho. El toro sabía lo que se dejaba atrás. Mató de un pinchazo sin soltar, al encuentro, y otro bajo y trasero, además de un importante número de descabellos. Pitos para el toro y silencio para el torero.

El quinto fue un toro con mucha leña que ya de entrada se paró en el capote de Emilio de Justo. Entró el toro dos veces al caballo, la primera de largo y la segunda cumpliendo. La faena la empezó el extremeño doblándose con él. El toro sabía lo que se dejaba atrás y se lo pensaba para embestir. Sin embargo, De Justo pudo sacar buenas series por ambos pitones, destacando un par de ellas sobre el derecho y, otra, por el izquierdo en el tercio. Mató de un estoconazo que cayó algo ladeado y tuvo que descabellar. Merecidísima oreja tras aviso.

Veleto y cornipaso fue el tercero, que remató en tablas y entró tres veces al caballo: dos cumpliendo y, la última, sin emplearse. El toro parecía claro pero aguantó los dos primeros pases con temple y ya en el tercero acortó el viaje. En uno de los muletazos, Lamelas recibió un puntazo en el escroto y un golpe en la base de la columna, del que se aquejó toda la faena. Logró buenas series por el derecho, largas y templadas y le robó una más con la zurda. Muy valiente anduvo el de Jaén pero mató de metisaca, tres pinchazos y al final todo quedó en una ovación tras aviso mientras pasaba a la enfermería y pitos para el toro.

Un pedazo de toro cornipaso y largo fue el sexto, que recibió Lamelas con una serie larga de verónicas que admitió sin protestas el Adolfo y que remató con revolera. Entró el toro dos veces al caballo pero salió suelto y sin clase. Lamelas anduvo muy valiente ante un oponente que debía provocar constantemente y que acabó rápidamente con su embestida por ambos pitones. Insistió el jiennense pero el cárdeno pasó dando cabezazos y sin facilidades, defendiéndose y agarrado al piso. Mató de metisaca, pinchazo, media y descabello y dio una vuelta al ruedo.

Mont de Marsan (Francia). Domingo, 23 de julio. Toros de Adolfo Martín, bien presentada, en tipo y con las complicaciones de la casta. Alberto Aguilar, vuelta al ruedo y silencio; Emilio de Justo, silencio y oreja tras aviso; y Alberto Lamelas, ovación tras aviso y vuelta al ruedo. Entrada: Lleno.

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