Fotos: ARJONA
Tres orejas y puerta grande para Ginés Marín quien rindió de este modo tan contundente a la afición santanderina en el séptimo festejo de la Feria de Santiago. Rotundo éxito en el son que viene demostrando durante toda la temporada. Fue en el tercero de Luis Algarra, de nombre “Solterón”, de buenas hechuras y abrochado de pitones cuando su recibo de rodillas a la verónica, rematadas con dos medias ya de pie en los medios, supuso la tarjeta de presentación y una declaración de intenciones de lo dispuesto que llegaba a Santander. Quitó, tras un leve puyazo al toro, con el capote a la espalda y con la res venida a más se vio un buen tercio de banderillas. Ya en el ultimo tercio de la tarde, Marín recibió al de Luis Algarra en los medios, toreándolo en redondo con series de cuatro muletazos y un toreo sentido y gustoso rematado con dos pases de pecho. Con el público entregado, firmó un trasteo lleno de temple despaciosidad y ligazón, todo ello en el centro del ruedo. Si bien la faena bajó en intensidad sobre el pitón izquierdo se dio cuenta el matador y optó por redondear la actuación volviendo sobre la diestra donde ligó un final fantasioso con bernadinas y pases cambiados. Mató en la suerte contraria de una estocada hasta los gavilanes. Triunfo premiado con el doble trofeo y ovación en el arrastre para el toro. Con el que cerró plaza fue una lidia accidentada. Tuvieron que saltar hasta dos toros de Luis Algarra como consecuencia de partirse el pitón el toro titular y el primer sobrero. De este modo, ante el segundo bis, Ginés Marín lo fijó a la verónica llevándolo con mano baja y cadencia en un torero que fue, sin duda, lo mejor del toreo de capa visto en esta tarde. Bravo en el caballo el toro, Marín se lució nuevamente en un quite por chicuelinas rematado a una mano. Se lucieron en banderillas y con la expectación por ver de nuevo al diestro, comenzó Ginés Marín con el toreo por alto a pies juntos y estatuarios. Solemne y aguerrido. Después el toro cambió a peor condicionado por la falta de fuerzas y con ello, bajó la intensidad del trasteo. Lo intentó por ambos pitones sin posibilidad de lucimiento, lo que le llevó a acortar distancias dando toda la ventaja al toro. Encimista en su final, se dio un buen arrimón con el toro ya parado. Alardes finales con el público entregado. Estocada entera en la suerte contraria. Locura en plaza por el Ginés Marín que fue premiado con una oreja con fuerte petición de la segunda. Puerta grande y golpe de autoridad en Santander.
El otro diestro triunfador de la tarde fue el valenciano Enrique Ponce tras cortar un trofeo al cuarto de la tarde y firmar una obra clásica, estética y de buen toreo. No se pudo lucir el diestro en el recibo de capa con este toro pues se mostró abanto, sin fijeza y manseando en el caballo. A pesar de todo, brindó Ponce al público y comenzó su faena con doblones poderoso en tablas hasta sacar al toro a los medios. Poco a poco fue haciendo al toro sobre el pitón derecho, bajando la mano con suavidad y temple. Ciencia la de Ponce que fue llevando al de Luis Algarra con temple por abajo. Humilló el toro y se gustó el torero, cuajando una tanda en redondo con el de pecho que supusieron los momentos más intensos de su actuación. Molinete elegante y majestuoso fueron el prólogo al toreo en redondo que fue creciendo en plasticidad y sentimiento con un cambio de mano lleno de torería. Volvió en redondo y toreó despacioso y a placer entró a matar en la suerte al natural colocando una estocada tendida precedida de un pinchazo. Premio de una oreja tras aviso. Con el que abrió plaza se lució Ponce a la verónica con gusto y temple. Alto, cuesta arriba, enmorrillado, el toro embistió sin celo a las telas y que se dejó pegar en el castigo. Comenzó el diestro de Chiva toreándolo en redondo con suavidad, temple, calidad, adormeciendo las muñecas y la embestida del animal. Nuevamente con paciencia y ciencia fue haciendo al toro. Siempre llevándolo a media altura siguió toreando sobre le pitón diestro de uno en uno. No fue posible mayor lucimiento sobre el pitón izquierdo donde bajo de intensidad la faena. Remató de media haciendo rodar al toro con efectividad.
Completó cartel Cayetano quien no tuvo excesiva suerte con el lote sorteado. Ante el segundo de la tarde, un toro bien hecho aunque con escasas fuerzas, lo más destacado de estos dos primeros tercios vino en el quite que protagonizó muy aplaudido por el público. Faena comenzada en las tablas, doblándose con torería hasta sacar al toro fuera de la segunda raya. Voluntad y honesta entrega la de Cayetano ante un toro que embistió rebrincado y de una manera muy informal. Faltó acople, trasmisión y emoción. Molinetes toreros y desplante de rodillas valiente como final de la faena. Y con el quinto tampoco pudo hacer mucho. Abanto de salida, no permitió ni un lance de recibo. Con acusada querencia hacia los adentros tras el primer puyazo, el toro posibilitó un buen segundo tercio en el que se lució la cuadrilla y acabó todo. Encerrado en chiqueros, Cayetano planteó faena de rodillas en la segunda raya con firmeza y de buen gusto. Se vino a menos el toro en el transcurso del último tercio y ante él, su matador se lució aisladamente al natural. Se alargó en demasía la faena buscando un triunfo imposible. Mató en la suerte contraria precedida de un pinchazo y se le aplaudió.
Santander, sábado 29 de julio de 2017. Séptimo festejo de la Feria de Santiago. Toros de Luis Algarra, bien presentados y desigual de comportamiento. Destacaron por manejables los lidiados en 3º, 4º y 6º que sustituyó al titular sorteado y al primer sobrero también devuelto. Enrique Ponce, palmas con leve petición y oreja tras aviso; Cayetano, palmas en ambos; Ginés Marín, dos orejas y oreja con petición de la segunda. Entrada: Lleno.
