La Pincelada del Director, por José Luis Benlloch

Santander, Azpeitia, Palma: caprichos de la geopolítica

José Luis Benlloch
martes 01 de agosto de 2017

Tres plazas, tres casos. La semana ha tenido muchos nombres propios. Cada uno de ellos, un mundo. Un símbolo, una coyuntura. Variedad se le llama a eso. También podríamos llamarle caprichos de la geopolítica. Planteamientos y caprichos. Eso. Santander, Azpeitia, Palma… Tres plazas, tres casos. La semana ha tenido muchos nombres propios. Cada uno de ellos, un mundo. Un símbolo, una coyuntura. Variedad se le llama a eso. También podríamos llamarle caprichos de la geopolítica. Planteamientos y caprichos. Eso. En Santander, un plan de muchos años para mejorar la economía de la ciudad con los toros como elemento dinamizador. Un éxito con números y estudios que lo atestiguan. Una alcaldesa del PP, antes fue un alcalde -ahora ministro- y antes lo mismo… El resultado es una plaza recuperada, una ciudad, una economía en paz y feliz. Realismo, un gozo de respeto a los gustos propios y ajenos.

La Fundación quiso hacer en Palma su corrida anual pero afloró el vedetismo de alguna figura y todo se fue al traste; La misma queja, por insolidarios, para algunos empresarios, que ni aportan ni respaldan ni ponen en la Fundación. Mucho blablablá, mucho llanto, pero…

En Palma hay toros sólo por ahora. El futuro lo tendremos que ganar recurso a recurso. Acción a acción. Ahora mismo habita el desmadre, hay barra libre para el ridículo y la patochada. Se improvisa a diario sesión tras sesión, quieren, hasta ahí llegan, hacerle el antidopaje a los toros -cree el ladrón que todos son…- en un todo vale para ver quién es capaz de mear más largo. Culpa tiene el propio toreo. Durante años se hizo un mal uso de los toros como animador y atractivo turístico de la ciudad, diría que hasta el mismo agotamiento/expolio del modelo con Balañá al frente -siempre Balañá, en las grandes derrotas taurinas- y ahora se recogen los frutos. Un grupo de desnortados sin sentido del ridículo y con sueldo público, gran sueldo, se han emperrado, exactamente emperrado, en plasmar sandeces por leyes y mal utilizar las grandes instituciones públicas para erradicar la Tauromaquia. Radicales, constitucionalistas ¡vaya con el PSOE! e independentistas, andan, todos de la mano, queriendo regatear las leyes del Estado. Y por si no pueden lograrlo aquí, quieren inventarse otro estado o un estado de estados, tantos como islas. Hasta ahí llegan. Por un voto, un ridículo, por una poltrona, un… lo que darían estos por una poltrona. Y menos mal que está la Fundación para hacerles frente y respaldar a los aficionados de a pie. A propósito de la Fundación. Quiso hacer en aquella plaza su corrida anual, con todas las figuras al frente, eso sí era promoción y defensa, pero afloró el vedetismo o el interés de alguna figura y se fue al traste el plan y Palma se quedó sin el argumento de una plaza rebosante. Así es el toreo, así son algunos, se quitan el ropaje de luces y apenas queda nada. Y si hablamos de figuras también podríamos hablar de empresarios enclaustrados en sus intereses que ni aportan ni respaldan ni ponen. Mucho blablablá, mucho llanto, pero frenados delante de la única herramienta/plan formal que se ha interpuesto a esa ola de locura anti que nos invade.

Azpeitia tiene liturgia propia, sus ganaderías y sus toreros, que no necesariamente coinciden con las modas. Joxin ha reunido de un tacazo tres encastes fundamentales, lo mejor de cada casa, podría decir también casta

Azpeitia es otro caso, diría otro mundo. Alcalde de Bildu, a cada cual lo suyo, sentimiento y tradición nacionalista por todos los rincones, una climatología cinco estrellas, ¿quién dijo calor en agosto?…, respeto a la gente, amor al toro y orgullo de lo propio. Y como consecuencia de todo ello se cuida la Fiesta, se presume de Fiesta y hasta pueden dar lecciones de gestión. La plaza, con su liturgia propia, es una joya cuidada hasta la exageración, con higiene de posada solariega, los suelos lustrados y sus paredes enjalbegadas como de anteayer mismo. Así que no puede extrañar que al reclamo de sus fiestas ignacianas comience el peregrinaje de aficionados franceses y españoles que un día la descubrieron y juraron fidelidad. Tiene sus ganaderías y sus toreros, que no necesariamente coinciden con las modas del momento, toreros y ganaderías al gusto de Azpeitia. Este año, Joxin Iriarte ha reunido de un tacazo tres encastes fundamentales, lo mejor de cada casa, podría decir también casta, Fuente Ymbro por domecq, Ana Romero por santacoloma y Cuadri por las obras propias, y las ha combinado con un abanico de toreros que representan todas las ojivas de la Fiesta, la de los artistas, la de los valientes, la de los emergentes, la de las estrellas… Curro que volvía, Paulita que se lo ganó, Roca que se presentaba, Perera que reverdecía viejos laureles, Borjita Jiménez, Ritter, al que había que abrirle una ventana, Mora

En Azpeitia deslumbró Curro, artista, ensimismado, creativo, doliente y estimulado… Luego vino otra versión de toreo, Perera en plenitud y un toro bravo de principio a fin…

El primer capítulo fue un capicúa radical: gozo, susto y gozo. Gran ambiente, gran susto y final feliz. No había comenzado como quien dice la feria y a Curro Díaz, a tomar viento los buenos principios, le llevaban inerte camino de la enfermería y examinaban, por si alguien tenía dudas, el carácter de Perera, que no dejó de atacar ni con el que atrapó a Curro, ni con el desabrido tercero, mientras Roca evidenciaba las secuelas de tanto percance. En un plis plas se había puesto del revés lo que debía ser una tarde amable de toros y toreros. Así es el toro. Así fue hasta el cuarto. Salió Curro de la enfermería, salió un fuenteymbro castaño y guapo que embistió despacioso y todo volvió a su ser, deslumbró Curro, artista, ensimismado, creativo, doliente y estimulado, consciente de que allí era él la figura y debía defender su parcela, como si Azpeitia fuese Madrid, que por qué iba a ser menos, y cuajó una obra de arte de las que ponen en valor a los artistas. Luego vino otra versión de toreo, Perera en plenitud, y un toro bravo de principio a fin, castaño, cinqueño, pronto y galopón, alegre, de los que se salen de ojo hasta para los más cegatos. Un gozo contra las amarguras. Tomen bicarbonato. Y un Perera pletórico que lució el toro y se lució él. Otro fuenteymbro de éxito fue el sexto y Roca, que todavía no ha recuperado su punto, comenzó a andar el camino de la recuperación. Una cuestión de confianza perdida. ¿Quién dijo que no dolían?…

Y ayer Curro repitió éxito. Si la primera tarde fue sobre la base de la pausa y la despaciosidad, el domingo jugó la carta de la entrega y la firmeza con una corrida de Ana Romero con movilidad, interés y las complejidades propias del encaste. David Mora, por su parte, no se arrugó y Borja Jiménez atacó y atacó sin desmayo buscando que se le abran ventanas.

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