La Pincelada del Director.- Por José Luis Benlloch
Ferrera la ha vuelto a liar. Ahora en Bilbao nada menos. Torería y poder ante dos torazos.Ferrera la ha vuelto a liar. Ahora en Bilbao nada menos. Torería y poder ante dos torazos.

Glorias y sabores en una España doliente

José Luis Benlloch
martes 22 de agosto de 2017

Cuatro desalmados en nombre no se sabe bien de qué dios han vestido el mundo de luto. Malditos sean y mil veces malditos. No cabe más reacción que la indignación y el repudio. Radical, sin complejos. No caben los buenismos. Cuatro desalmados en nombre no se sabe bien de qué dios han vestido el mundo de luto. Malditos sean y mil veces malditos. No cabe más reacción que la indignación y el repudio. Radical, sin complejos. No caben los buenismos. No hay perdón, no puede haberlo en recuerdo de tanta sangre derramada, de tantas familias quebradas, tanta paz atropellada, tanto dolor, tanta economía destrozada, tantos logros democráticos conculcados… Ojalá entre todos consigamos que semejante barbarie acabe aquí. Que los buenos dioses guíen a los hombres para que así sea. Las teles, las RRSS, las radios y los medios impresos han difundido a los cuatro vientos, minuto a minuto, las imágenes del terror. Obligación de periodistas que han mantenido vivo el pulso de la indignación y nos impulsan a relativizar tantas y tantas cuestiones que hoy más que nunca parecen de lo más triviales e incluyo, de momento, los ataques al toreo, digo de momento porque ya ven el camino que llevan algunos de los anti, ya ven dónde llegaron en Francia, ya hemos visto, qué coincidencia de siglas, entre los anti y quienes se resisten a condenar el horror.

Prácticamente a la misma hora de semejante barbarie, en Málaga se escenificaba esa nueva versión de la corrida que impulsa Enrique Ponce en la que se mezclan varias artes, toreo, música, canto, pintura… que a la vista de cómo la vivió el público y de la foto finish en la que los protagonistas de forma revisteril dan la vuelta al escenario recibiendo parabienes, resultó muy triunfal. Hay que reconocerlo. Y alegrarse. Si el público, o determinado público, se divierte ya es mucho.

Visto lo visto en el ruedo, a la gran actuación de Ponce me refiero, la mayor parte del aderezo estuvo de sobra o incluso despistaba. O atendías o veías. Daba grima, coraje incluso, ver en algunos planos que ofrecía la televisión a parte del público vuelto hacia la figura de la Morente mientras Ponce hacía el toreo grande. De la misma manera que chocaba que, viniese a cuento o no, lo mereciese el lidiador o no, hubiese cante y jolgorio en la grada.

Ante la gran actuación de Ponce en Málaga la mayor parte del aderezo estuvo de sobra o incluso despistaba. O atendías o veías

Así que como ocurrencia puntual queda bien, como vía para reanimar el toreo tal y como se ha llegado a proclamar, el mismo SC en la plaza, dudo de su conveniencia y/o eficacia. Si consiguiésemos que ese mismo público, es un suponer, por la tarde fuese a la plaza y por la noche al teatro… Si lo consiguiésemos, condicional, ya de madrugada podrían hacer lo que apeteciesen para celebrarlo todos juntos.

Dicho lo cual, la tarde de Ponce taurinamente fue espléndida. En la línea de los últimos tiempos en los que a la geometría le añadió alma; atemperó la ambición para endulzarla; dejó aflorar un sentimiento del que muchos, incluidos los del Crisol, aseguraban que carecía y bajo esa combinación -no olvido el valor- su tercera faena lo mejoró todo, al medio ambiente, al toro y al total de la tarde.

Cinco orejas y una puerta grande. Hablo de Madrid como canta Sabina, donde la vida siempre es un metro a punto de partir. El metro que acaba de coger Román. Toca atenderle

El otro suceso de la semana se escenificó en claves muy diferentes. Madrid, agosto con toda la presión histórica que supone. Ya saben, el toro de Madrid, los veranos de Madrid, el público o el no público de Madrid, tan duro uno como otro. Gran reto, eterno reto. O dentro o fuera. La presencia en San Isidro 2018 en juego. Exigencia máxima y final feliz. Mirando a Málaga cabe decir aquello de unos llegan y otros se van. Unos culminan la escalada y otros la inician. Dicho como ley de vida, sin plazos, claro, sin prisas y con el máximo respeto. Valencia a la espera de un torero. Las recuperaciones de las plazas siempre vinieron por la vía de un torero. ¡Sueña, Casas! La tecla del futuro siempre es un torero. Este Román puede ser. ¿Por qué no?… Si se echa la vista atrás, cortó oreja de novillero, cortó orejas de matador, total cinco, y ha abierto la puerta grande en plena canícula cuando todo se endurece aún más. Eso, no es por nada, no está en el currículo de muchos. Y hablo de Madrid como canta Sabina, donde la vida siempre es un metro a punto de partir. El metro que acaba de coger Román. Toca atenderle, su suerte será la de muchos.

Peregriné a Cella. No hay glamour pero sí hay encanto. A Cella y a tantas Cellas como hay en España, siempre hay que volver, son la sementera del toreo

Y puestos a reunir contrastes, el sábado anduve por Cella. ¡Teruel, tierra hermana! Una plaza a modo de ermita donde, camino de Bilbao o a la vuelta de Bilbao, peregrino todos los años para acordarme de las bases del toreo. No hay glamour pero sí hay encanto. Charanga, fiesta, mocerío, las fuerzas vivas en el palco, la vuelta a casa de los que no olvidan las raíces, el gozo del fin de curso laboral, el esfuerzo comunitario para que el toreo siga teniendo futuro y las fiestas patronales sigan siendo fiestas. Luego en la arena me encontré un santacoloma cumbre de Los Maños, un buen domecq de El Soldado, las buenas maneras de Sedano y los trancos de Younes camino de la alternativa. A Cella y a tantas Cellas como hay en España, siempre hay que volver, son la sementera del toreo.

Síguenos

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando