BILBAO.- CORRIDAS GENERALES

Ponce, cumbre en Bilbao

El valenciano cortas las dos orejas al cuarto tras una faena magistral logrando la sexta puerta grande
Libertad Rodríguez
viernes 25 de agosto de 2017

Ginés Marín logra un trofeo del toro que cerró plaza y Cayetano protagoniza una tarde presidida por la raza, la entrega, el pundonor y la solidez ante toros de Victoriano del Río de desigual comportamiento

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE ARJONA

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

LA OPINIÓN DE MORA: “Ponce reinventó el toreo”

Fotos: ARJONA

Imparable Ponce en Bilbao. El valenciano volvió a renovar su idilio con la afición bilbaína y logró la sexta puerta grande en esta plaza, tras sentar cátedra en el ceniciento ruedo de Vistalegre. Fue en el cuarto del festejo, donde Enrique Ponce dictó una nueva lección del toreo, con un astado que si bien tuvo calidad y nobleza también hubo que comprender todos sus matices y condiciones para obrar el milagro. Y el milagro se obró. Y lo hizo el valenciano, con una faena donde empleó todos los recursos y toda su experiencia y sabiduría para ir haciendo poco a poco -con mucha ciencia y paciencia- una obra cumbre. Esperó la plaza de Bilbao a Ponce, sabedora de cómo es el diestro y como busca siempre sacar lo mejor de sus toros para desplegar su toreo y crujió la plaza con una tanda en redondo, poderosa y mandona, con la que se entregó el público sin objeción alguna. A partir de ahí fue a más la faena, con momentos de mucha clase y plasticidad en la que se gustó y en la que descubrió -para los incrédulos- cómo era el toro y como es su tauromaquia. Toreó a placer por ambos pitones. Con disposición, con entrega y con valor, llevando siempre toreado al de Victoriano del Río al tiempo que se lucia en cada pase en redondo. Y al natural también lo cuajó, perdiéndole los pasos para engancharlo de frente con pulso, con suavidad y con temple, al tiempo que aguantaba los parones del toro y le daba tiempo y distancias. Pura ciencia. Rotundo, macizo. Todo lo hizo él llegando a torear con mucha hondura y rematando de una gran estocada. Doble trofeo y la plaza en pie entregada ante el torero valenciano. El toro fue ovacionado en el arrastre. Con el que abrió plaza, un toro que nunca humilló con claridad, embistió defendiéndose a la capa del valenciano quien le ganó terreno toreándolo a la verónica hasta rematar con temple y cadencia en el centro del ruedo. Se lució en el quite a la verónica Cayetano, meciendo la embestida con suavidad y mucha calidad. Y tras brindar Ponce al Rey Emérito entre división de opiniones cuajó una actuación a la que le faltó emoción por las condiciones del astado. Siempre con la muleta de frente y a media altura, pisando terrenos entre las rayas de picar, el trasteo no terminó de alzar el vuelo. Lo intentó por ambos pitones sin aburrirse, dándole todas las ventajas al animal. Corto y a menos en las embestidas resultó muy complicado levantar una faena con las condiciones mostradas por el toro. Silencio.

Se la jugó Ginés Marín ante el sexto, un toro nada fácil, haciendo honor al brindis dirigido a Ponce. Sin clase, sin codicia ni humillación en el inicio de la lidia, ante él, Marín dio una nueva dimensión de su madurez y compromiso pleno con su toreo. Hoy en Bilbao cuajó una tarde donde se mostró muy comprometido y entregado en todo momento, buscando el triunfo con su lote. Al que cerró plaza le cuajó una faena de exposición, mucha verdad y pundonor, en la que se mostró entregado y valiente ante las embestidas desiguales del de Victoriano del Río. Los momentos más brillantes y llenos de hondura, resultaron al natural donde cuajó muletazos con cadencia y buen trazo. Resultó cogido, quedando durante unos eternos segundos delante de la cara del toro a su merced, afortunadamente sin consecuencias. Estocada entregado en busca del triunfo. Oreja de mucha importancia. Con el tercero bis de la tarde que sustituyó al titular tras romperse el pitón, saltó al ruedo corriendo turno el sexto. Noble y con calidad pero con fuerzas justas en los primeros compases de su lidia, no se pudo lucir Ginés Marín con la capa y en el caballo donde el de Victoriano del Río derribó a Guillermo Marín. Tras brindar al Rey Emérito logró cuajar una faena desigual, donde lo mejor vino sobre el pitón izquierdo, luciéndose y gustándose. Faena en la que se mostró dispuesto y que malogró con la espada. Ovación con saludos.

Cayetano protagonizó una tarde presidida por la raza, la entrega y el pundonor. Muestra de ello, el episodio vivido en el tercio de banderillas en el segundo de la tarde donde mandó a sus hombres banderillear empleando los palos con la enseña nacional entre una división de opiniones. En lo taurino, Iván García cuajó un excelente segundo tercio donde clavó sendos pares de banderillas poderosos, arriba, cuadrando en la cara del toro y con mucha verdad que fueron completados con la actuación de Alberto Zayas, quien también se lució en el par que le correspondió. Se desmonteraron ambos. Después, Cayetano brindó al Rey Emérito y, con la muleta cuajó una actuación en la que mostró mucha disposición ante un toro noble y con calidad pero que también se apagó poco a poco. Faena elegante, con clase y buen gusto, que fue ovacionada en su final, tras una estocada entera tendida. No tuvo opciones para el lucimiento de Cayetano con el quinto de la tarde al que recibió con una larga de rodillas -cerrado en el tercio- como declaración de intenciones tras el triunfo de Ponce en el cuarto. Competencia por quites entre Ginés Marín, haciendo uso de su turno, y Cayetano que le dio réplica interpretando el llamado quite de Ronda. Después, con la muleta, tuvo que tirar de recursos y domeñar el genio y la embestida del toro con mando y sometimiento, doblándose con él en su inicio. Intentó cuajar faena con lucimiento pero resultó, francamente imposible ante un astado muy complicado que nunca humilló. Silencio.

Bilbao, viernes 25 de agosto. 7º festejo de la Semana Grande. Toros de Victoriano del Río. Enrique Ponce, silencio y dos orejas; Cayetano, ovación con saludos y silencio; Ginés Marín, ovación con saludos y oreja. Entrada: Tres cuartos de entrada. Entre el público estuvo presente el Rey Emérito SM Juan Carlos I, la Infanta Doña Elena de Borbón, don Jaime de Marichalar y doña Victoria Federica Marichalar y Borbón. Se desmonteraron en el segundo de la tarde, los toreros de plata Iván García y Alberto Zayas que parearon con banderillas vestidas con la enseña nacional.

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