La Pincelada del Director, por José Luis Benlloch

Canciones para esta guerra

José Luis Benlloch
martes 19 de septiembre de 2017

Ferrera, abanderado del toreo de especial gusto, ajeno al consumismo y lo corriente, postrado en la cama, herido pero entero, una cornada sobre otra, cuarenta veces y más en manos de la cirugía… La escena me retrotraía a los tiempos heroicos del torero como héroe admirado/adorado. Uno. La respuesta del alcalde de Nimes a Pamela Anderson, metida a redentora animalista a la búsqueda de una foto que alimentase su delirio, es perfecta, diría que ajustada a ley. La señora quería entrevistarse con el alcalde para que prohibiese los toros en Nimes obviando que son pasión, economía y signo de identidad de la ciudad. “No tenemos nada que hablar, señora”, le dijo y no la recibió. Bien. ¿Acaso ustedes/vosotros escucháis? Dos. La respuesta del público de Albacete a su feria que mantiene el palmito de ser la mejor de su categoría y por si acaso no lo fuese lo intenta desde todos los aspectos, desde el lado que organizan y desde donde exigen, y con eso basta para mantenerla lo más arriba. Hubo toros, hubo toreros y hubo público, tres tesoros, tres, y un final feliz con los Lozano, como en los buenos tiempos, al timón. Tres. El ritmo mantenido de Ponce, mantenido en las alturas, en Nimes, Salamanca, Murcia, inercia que venía de Málaga, Bilbao, Madrid… y así hasta perderse en la noche marcera de su tierra. Cuatro. La secuencia de festejos por toda España, que son menos que otros años pero nos hacen mantener la ilusión de que todo volverá a ser como fue, con muchos jóvenes, novilleros y matadores, incluso empresarios, intentando levantar la bandera ¡ay, si supiésemos quién es el elegido!.. para capitanear la remontada, porque hay que remontar, es imprescindible remontar.

Esos son los titulares, canciones hermosas para una guerra, en una semana que, como todos los años, huele a toros y toreros, a pasión y tradiciones, a raíces y devociones familiares: mi casa, mi familia, mi pueblo, mis toros… Es así en los festejos formales y en los más populares. Ahí tenemos, en el territorio de las tauromaquias hermanas, al Toro de la Vega, reviviendo de las cenizas donde lo quisieron enterrar a cambio de titulares y ventajismos en prime time y mucha demagogia; y ahí están, cada año hay más festejos, el subidón de los toros en las calles de mi tierra, granero de aficionados a la plaza, granero para los ganaderos que encuentran una vía de ingresos salvadores que muchos de ellos, incluidos los afamados o sobre todo los afamados, no corresponden con honorabilidad, y ejemplo, a los aficionados me refiero, de actitud a la hora de contestar y frenar a los anti. Es evidente, hay cifras que no hay prohibicionista que pueda con ellas. Esos son los titulares de la semana, los asideros donde agarrarse para rescatar una tauromaquia que los jugadores de ventaja, políticos, amargados, desubicados, renegados de lo propio, foráneos interesados, ingenuos e ignorantes de la verdad mantienen contra la pared. Pues eso.

Asideros donde agarrarse para rescatar una tauromaquia que los jugadores de ventaja, políticos, amargados, desubicados, renegados de lo propio, foráneos interesados, ingenuos e ignorantes de la verdad mantienen contra la pared

De Albacete me he traído unos cuantos nombres propios. El de Ferrera, don Antonio, postrado en la cama, herido pero entero, la ambición tiene un precio alto y aquella última serie al toro de Santiago Domecq intentando que la faena fuese de dos orejas resultó carísima. Su cuerpo menudo, una cornada sobre otra, cuarenta veces y más en manos de la cirugía, cifra que recuerda a grandes leyendas del toreo, al mismísimo Diego Puerta, tan menudo, tan grande, tan bravo. Lo visitamos con un grupo de amigos y la escena me retrotrajo a los tiempos heroicos del torero como héroe admirado/adorado. Insisto, herido pero entero, ni una palabra de reproche al toro, una sonrisa de esperanza, en mi casa, oliendo a campo curaré mejor, pero había que seguir en manos del doctor Masegosa, un mago, que acaba de arreglar lo que tantas veces habían desbaratado los toros. El extremeño es una de las grandes novedades de la temporada abanderando el toreo de especial gusto, llenando la ilusión de los aficionados que suspiran/suspiramos por un toreo ajeno al consumismo y a lo corriente. Ya mismo lo volvemos a ver en la plaza.

Septiembre huele a toros y toreros, a pasión y tradiciones, a raíces y devociones familiares: mi casa, mi familia, mi pueblo, mis toros…

Otro nombre de Albacete es Rubén Pinar. Otra recuperación. Otro ejemplo de constancia en la lucha contra el infortunio, aquella voltereta en el campo parecía un pasaporte a la frustración y la superó, al igual que el desgaste de muchas temporadas sin acabar de dar el salto y ahora, paso a paso, con las duras y las menos duras, tiene convencido al toreo de que Albacete y su escuela vuelve a tener un torero para presumir. No era justo ni natural que tierra tan prolífica como esa de pronto no estuviese en las ferias. Pues ahí está Rubén, al que nunca jamás nada le fue fácil, ni nunca nada por duro que fuese pudo con él, rearmado de razones para asaltar las ferias. Tiene técnica, poder, afición, experiencia y las ideas muy claras, ser figura sin remilgos.

Ferrera, abanderado del toreo de especial gusto, ajeno al consumismo y lo corriente, postrado en la cama, herido pero entero, una cornada sobre otra, cuarenta veces y más en manos de la cirugía… La escena me retrotraía a los tiempos heroicos del torero como héroe admirado/adorado

Y más nombres, Perera mismamente, tan en su línea de torero poderoso; Ureña, ojo con Ureña, cada día más sólido y más seguro; Marín que no pierde paso; Lorenzo, en el que siempre hay que creer por tantos y tantos argumentos como atesora; Roca Rey, que celebró el Centenario con una tarde enorme; Colombo, que va lanzado… Y Juli para acabar, otra vez Juli, que salvó la tarde del cierre. Y en el recuerdo de todo y de todos, Dámaso, al que se echa de menos. Una feria de Albacete sin Dámaso es menos feria.

Posdata.- El linchamiento a Padilla a cuenta de la dichosa bandera, una vez escuchadas sus explicaciones y sus disculpas, no es más que revanchismo, oportunismo de bajo coste por parte de quienes no son más ni mejores que lo que critican.

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando