FERIA DE SAN MATEO

Emotiva faena de Diego Urdiales en Logroño

El riojano se impone al complicado cuarto y pasea una oreja después de que el palco le negara la segunda
Luis Ruiz
jueves 21 de septiembre de 2017

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

FOTOS DE CARMELO BETOLAZA DEL FESTEJO

Fotos: CARMELO BETOLAZA

Abrió plaza un toro de El Pilar que fue protestado en los primeros compases al perder las manos en varias ocasiones y mostrar cierta flojedad. Lo aguantó el palco y fue un acierto, puesto que el toro sacó un fondo de casta importante, lo que aprovechó Diego Urdiales para dejar su impronta, especialmente al natural, en pasajes de mucho relajo, gusto, limpieza y ligazón. Siempre bien colocado el riojano, le dio tiempo y distancias al toro en una labor en la que si bien no hubo rotundidad sí que se dejó notar la expresión de su toreo. Mató de una estocada casi entera tras un pinchazo arriba y saludó una ovación.

Muy emotiva resultó la faena de Diego Urdiales al cuarto, un toro feo de hechuras, bruto y desagradable, que llevó siempre la cara por las nubes. Se metió enseguida con el toro el riojano, que obligó y le bajó la cara al de El Pilar con técnica pero también con suavidad en la muleta. Cada muletazo estaba cargado de emoción. En un desplante, el toro pegó un arreón y cogió a Urdiales, afortunadamente sin consecuencias. Enfribrado, la emoción que presidió toda la faena surgió de nuevo ante un plaza que rompió. Mató de estocada arriba, le costó doblar al toro y cuando lo hizo se desató la petición de las dos orejas que el palco dejó en una. La bronca a la presidencia y las dos vueltas al ruedo de Urdiales fueron de clamor.

El que hizo segundo fue un toro incómodo, desagradable, de embestida brusca e irregular. Si se le bajaba la mano, se caía, a media altura protestaba y soltaba un gañafón… ante esa tesitura Miguel Ángel Perera lo intentó, le cambió los terrenos pero el lucimiento fue imposible. Le costó además perfilarse y descabellar, por lo que fue silenciado. A pies juntos y por verónicas recibió Perera a su segundo, un toro complicado, incierto y que no embistió dos veces iguales. Difícil para estar delante, no le volvió la cara el extremeño en ningún momento que mostró toda su capacidad lidiadora en una labor de más emoción que brillantez. Se la jugó con entrega ante un toro con mucha guasa. El esfuerzo de Perera quedó silenciado tras tardar el toro en doblar.

Cayetano sorteó por delante un toro soso en los primeros tercios al que también se le castigó mucho en varas. La faena de Cayetano, a la que le faltó alma, no pasó de la corrección y la discreción. Demasiadas probaturas en un trasteo rematado de dos pinchazos, estocada trasera y tendida y un golpe de descabello. El sexto fue un toro manejable ante el que Cayetano dibujó pasajes sueltos pero nunca con continuidad. De uno en uno fue extrayendo muletazos a una labor a la que le faltó ligazón. Mató de una estocada trasera y un dos golpes de descabello y fue silenciado.

Logroño, jueves 21 de septiembre de 2017. Toros de El Pilar, desiguales de presentación y de variado juego. A más el primero, con fondo; segundo, incómodo, justo de fuerzas; soso el tercero; bruto y con genio el cuarto, complicadio el quinto; noble y manejable el sexto. Diego Urdiales, ovación con saludos tras aviso y oreja tras aviso y dos vueltas al ruedo; Miguel Ángel Perera, silencio tras aviso y silencio; Cayetano, leves pitos y silencio. Entrada: Tres cuartos de plaza.

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