Comienzo a hartarme de tanto insulto de los mascotistas y de los mal llamados “animalistas”, lo dejaré claro. Yo no soy contrario a las mascotas. No deseo que se prohíban, no las odio, no creo que sean responsables de nada, nada tengo en contra de esos seres vivos y ni siquiera puedo afirmar que nunca tendré una. Ejemplo. En el Noniná de Madrid, gastrobar donde ponemos la mejor hamburguesa de res de lidia del mundo, a cara y oferta abierta y orgullosa, tengo que aguantar el tirón de los joputas que me pintan, me joden el lavabo o me ponen silicona a la cerradura. Eso no lo hace un animal, lo hace un ser humano, joputa.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2087
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2087 para iPad
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2087 para Android