La Pincelada del Director, por José Luis Benlloch

La Tauromaquia, banco de pruebas

José Luis Benlloch
martes 07 de noviembre de 2017

O preocupación o irresponsabilidad. No hay sitio para otros estados emocionales en estos momentos. Su estrategia se repite a golpe de falacia. El ataque a los toros lo quisieron disfrazar de humanismo, para el secesionismo se acogen a la historia inventada. Baza mayor quita baza menor. La movida secesionista catalana lo absorbe todo. O preocupación o irresponsabilidad. No hay sitio para otros estados emocionales en estos momentos en España. De eso, de la locura en la que se han instalado los políticos -principalmente catalanes- y de cómo se las gastan, de sus consecuencias, sabemos bastante los aficionados y es para estar si no acojonados sí acongojados. Semejante despropósito lo experimentamos con anterioridad en carne propia, en nuestros sentimientos y en nuestros derechos conculcados. La Tauromaquia fue banco de pruebas previo de esta locura. Ahora se ve más claro que nunca. Aquel ataque lo quisieron disfrazar de humanismo; éste, de historia. Entonces, algunos picaron ante tan burda falacia cuando el argumento no era más que una mentira intencionada, un aviso de lo que se avecinaba, que muchos, embaucados por el cebo de la modernidad, no quisieron escuchar ni ver.

Los toros fueron primero. Experimentaron con ellos, fueron el símbolo con el que se ensañaron, se adiestraron y se animaron. Una vez más la Tauromaquia y su gente han sido parte muy directa del devenir de España

El procedimiento, le llaman procés, no varía mucho, hay paralelismos que lo demuestran. Los pasos fueron los mismos, los personajes también. ¿Mayor prueba que esa?… Imposible. Descalificación ajena, adoctrinamiento, invención de una realidad -ni Colón fue catalán ni los toros sufren como se empeñan y son sólo un ejemplo-, luego llegó la negación de los derechos, la confusión de conceptos, el asalto a la ley, no digo a la torera porque no son dignos de tal referencia, y seguidamente se pusieron el ridículo como montera -retiro lo de montera-, abdicaron de cualquier sentido del ridículo argumental y ejecutaron la estocada de los hechos consumados y el revoltijo de los sentimientos a la pesca de réditos, todo porque sí, porque les peta y les interesa a unos pocos. O eso creen. Aquella partida la ganaron si no en los tribunales sí en la realidad, al menos por ahora, así que hay que andar alerta. Por todo ello entiendo que hablar de toros en estos momentos, cuando hay tanto en juego, exige un esfuerzo de abstracción especial, pero quede claro que los toros fueron primero, experimentaron con ellos, fueron el símbolo con el que se ensañaron, se adiestraron y se animaron. Una vez más la Tauromaquia y su gente han sido parte muy directa del devenir de España.

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