ENTREVISTAS BALANCE DE TEMPORADA 2017

Ginés Marín: “Este año me ha cambiado la vida”

Antonio Girol
jueves 16 de noviembre de 2017

De los toreros jóvenes que en 2016 quedaron en expectativa de la afición, Ginés Marín ha sido el que más y mejor ha refrendado en el ruedo su posición a base de dar continuos golpes de autoridad en las principales plazas de España y Francia. Demostrando de esta manera que más que una revelación es una realidad que cada tarde ha mostrado sus cartas con el objetivo de alcanzar ese ansiado lugar de mando con el que sueña desde que siendo niño se apuntase a la Escuela Taurina de Badajoz.

-Defina su temporada en una frase.
-Temporada soñada.

-¿Cuál cree que ha sido la clave para que ese sueño se haya hecho realidad?
-Creo que la clave ha sido Madrid. Aunque sin Madrid no hubiesen surgido otras cosas, sin estas otras cosas lo de Madrid no hubiese tenido la misma importancia. Otra clave sin duda ha sido también la regularidad. Ambas me han permitido hacer un buen año y quedarme bien posicionado para el que viene.

-Hagamos como Joaquín Sabina y hablemos de Madrid. El año anterior le habían medido en su despedida de novillero, supongo que ese sería un peso más que sumar al de que por sí se lleva ya encima cuando uno acude a confirmar.
-Mi mentalización de cara a Madrid fue la de actuar con naturalidad. Pensar que el trabajo que había hecho tenía que dar su fruto y por ello no tenía por qué estar presionado sino tranquilo. Intenté quitarme la careta, como solemos decir los toreros, y expresarme con mi mejor concepto.

“No me ha pesado la temporada. Incluso en Zaragoza, que era mi última tarde en España, me sentía con ganas de continuar”

-Acertó de pleno porque la faena a Barberillo de Alcurrucén resultó la mejor de todo el serial de San Isidro, ¿cómo la recuerda pasados los meses?
-En la distancia con un especial cariño y con anhelo de haber vivido los olés de esa plaza. La verdad es que para mí fue una faena que quedará en mi recuerdo durante toda la vida más allá de por las orejas o la puerta grande por lo que conseguí expresar en una plaza como la de Las Ventas y delante de ese toro. Resultó explosiva, de mucha transmisión, en la que logré sacar muchas cosas del corazón para mostrar mi concepto.

-Habla de sacar cosas de su corazón, ¿tan duro resultó el mes que transcurrió desde su actuación en Sevilla a esa comparecencia en Las Ventas?
-En ese mes hubo dos partes diferenciadas. La inmediata a Sevilla resultó la más complicada porque se habían ido muchas ilusiones de lo que esperaba de aquella cita en La Maestranza y lógicamente estuve disgustado y me sentí triste. La otra parte, ya más cercana a la fecha de Madrid, estuvo llena de ilusión y motivación con el objetivo de poder justificar que lo que había pasado en Sevilla no era lo habitual si no que, por circunstancias, no habían salido las cosas. Pero en Madrid tenía claro que tenían que salir; y ese puntito de suerte tan necesario también acompañó, a diferencia de Sevilla, donde faltó.

-En alguna ocasión le he escuchado decir que en las tardes de responsabilidad son en las que hay que salir a disfrutar. Este año habrá disfrutado un montón.
-Un torero se sacrifica y entrena a diario para estar en esas plazas de responsabilidad y en los días importantes de sus ferias con compañeros que sean figuras del toreo. Es verdad que, aunque te preparas para eso, cuando llega el momento te puede pesar la responsabilidad, pero creo que yo me lo tomo de otra forma: lo convierto en tranquilidad porque he luchado por ello y gracias a Dios lo estoy tocando con las manos.

“Es tan importante creer en tus posibilidades como tener claro lo que quieres conseguir. Y yo tengo ambas cosas muy claras”

-Transformar esa presión en tranquilidad después de cómo estuvo El Juli con sus dos toros el día de su confirmación es un privilegio que no está al alcance de muchos. ¿No cree?
-Es difícil que una figura del toreo como El Juli en una actuación tan completa como la que desarrolló esa tarde no te coma la moral, pero a mí me sirvió de motivación para crecerme y sentir que a la mínima que me dejase uno de mis toros podría triunfar.

-¿Se puede decir entonces que está encantado de competir con las figuras del toreo como ha venido ocurriendo toda la temporada?
-Las figuras siempre aprietan porque tienen una gran regularidad. A mí el compartir cartel con ellos me motiva especialmente porque el nivel que marcan es el que yo quiero marcar.

-Si hablamos de motivaciones la de volver a Las Ventas, cuarenta y ocho horas después de su salida por la puerta grande, debió de ser una de las mayores de la temporada que además tuvo el aderezo de que la afición le tributó una ovación que le obligó a salir a saludar al tercio tras deshacerse el paseíllo.
-Esa sí fue una tarde de muchísima responsabilidad porque sabía que el aficionado que me había visto dos días antes torear de aquella forma esperaba de mí de nuevo eso. Fue una jornada de muchas emociones, y en particular con ese saludo que menciona.

-Esa tarde no hubo opción ninguna de triunfo por el juego de los toros de El Torero, ¿se sintió frustrado en sus ilusiones?
-Lógicamente es muy difícil repetir una faena de ese calado sobre todo si la suerte no te acompaña con el ganado como ocurrió esa tarde. Me fui disgustado para el hotel porque me hubiese encantado refrendar de nuevo el triunfo, pero todo el mundo cercano a mí me decía que no me preocupase porque se había visto en la plaza que había sido imposible el lucimiento por el comportamiento de mis toros.

-Pudo sacarse la espina con la Corrida de la Cultura en la que entró como triunfador de San Isidro, lástima de la espada…
-Esa tarde sí pude refrendar el triunfo de San Isidro con la faena al toro Sinvaina de Cuvillo que como bien comenta no pude rematar con la espada. Pero de lo que no cabe duda es de que despejé cualquier duda, valga la redundancia, que hubiese en el aficionado de Madrid con respecto a que mi triunfo de San Isidro no había sido casualidad. Esa era mi meta al volver a torear en Las Ventas, que la gente se diese cuenta de que tengo capacidad de poder repetirlo cada vez que sea posible.

“Me he sentido esperado y eso me llenaba cada tarde de ilusión y de entrega. A un torero eso le motiva y también le llena de responsabilidad”

-Sin embargo, no volvió en Otoño ¿le hubiese gustado?
-Tenía intención. Como comentó en su momento Simón Casas no se llegó a un acuerdo. A mí Madrid me encanta y me hubiese gustado estar en Otoño, pero lógicamente uno cree que debe estar cuando las condiciones son óptimas o de lo contrario no ir y esperar al año siguiente de cara a San Isidro que también habrá más expectación para todos.

-Tras esos aldabonazos fuertes en Las Ventas comenzó el tour de verano con otro golpe de autoridad. En esta ocasión en Pamplona, a donde acudía por primera vez en su vida.
-Efectivamente, allí no había toreado nunca. Ni siquiera de novillero por lo que para mí suponía mucha responsabilidad tanto por el tipo de toro que allí se lidia como por saber cómo me adaptaría al ruido que forman las peñas. Resultó otra tarde importante al cortar las dos orejas al sexto de Toros de Cortés, pero sin duda la faena a mi primero de Victoriano también fue importante y de haberlo rematado con la espada habría sido un triunfo más rotundo.

-Si hay una plaza que se puede decir que es fetiche para usted es la de Santander por lo mucho que significó en la temporada 2016 como revulsivo.
-Efectivamente. Se puede decir que es una plaza especial para mí porque el año pasado fue la que me impulsó para el resto de la temporada. Me siento muy a gusto siempre que voy a Santander y la prueba es que, salvo de novillero que no tuve suerte, en las dos corridas que he toreado he cortado tres orejas.

-Bilbao resultó otra etapa con llegada en alto, en la que en esta ocasión la espada, como ocurrió en la Corrida de La Cultura, le impidió redondear el triunfo.
-Corté una oreja a mi segundo tras una faena vibrante con voltereta incluida, y podía haber aumentado los trofeos si hubiese estado más acertado con el acero en el primero, que tuvo cierto peligro y no fue un toro fácil al que entendí bien.

-No se le ha visto ni agotado ni atorado durante el año y eso que su verano ha sido muy intenso.
-He disfrutado mucho toda la temporada y no me ha pesado el año. Incluso en Zaragoza, que era mi última tarde en España, me sentía con ganas de continuar que es algo muy bueno para un torero. Muestra de ello es que mi faena de esa tarde al toro de Matilla quizá haya sido de las más templadas.

“Este año me ha cambiado la vida, de estar en mi casa esperando los contratos y deseando una oportunidad a tener otros planes y otras metas”

-¿Cambiaría algo de la temporada?
-Creo en eso que se dice de que la avaricia rompe el saco, por lo que dejaría todo como ha estado que tampoco ha resultado mal.

-Cuando está a punto de continuar su periplo, ahora en tierras americanas, ¿tiene la sensación de que está en su mano la posibilidad de convertirse en breve en torero de los que manden?
-Uno debe creer en sus posibilidades, si no creyese que tengo las condiciones para ser un torero importante en la historia no estaría ahora mismo entrenándome y preparándome para continuar. Es tan importante creer en tus posibilidades como tener claro lo que quieres conseguir. Y yo tengo ambas cosas bastante claras.

-¿Dónde está su techo?
-No lo sé. Por ahora no lo veo cerca y espero no llegar nunca a tocarlo porque eso será buena señal. Pienso que los toreros deben de estar en continuo crecimiento y tener la capacidad cada tarde de sorprender a los públicos con su improvisación.

-Esa capacidad de improvisación es algo que a usted le ha caracterizado desde sus inicios.
-La variedad es muy importante, especialmente para no aburrir repitiendo siempre lo mismo. Creo que tengo cierta facilidad para improvisar ante la cara del toro, aunque donde más me identifico es en el toreo clásico, el de la pata para adelante; en definitiva, lo que es el toreo puro. Luego es cierto que tengo facilidad para esa improvisación a la que se refiere.

-Conforme ha ido transcurriendo la temporada, ¿se ha sentido más medido tras los triunfos que iba cosechando?
-Más medido no, lo que sí me he sentido es esperado y eso me llenaba cada tarde de ilusión y de entrega. A un torero al que el aficionado le está esperando eso le motiva y también le llena de responsabilidad.

-¿Cómo ha sido la evolución interna que ha experimentado en este primer año completo como matador de toros?
-Más allá de lo profesional, en lo personal uno crece mucho en este tipo de temporadas tan importantes en la que tantos factores han influido para que tu vida cambie radicalmente. Lo digo así porque para mí este año me ha cambiado la vida. De estar en mi casa esperando los contratos y deseando una oportunidad a tener otros planes y otras metas. Lógicamente una temporada así, sobre todo cuando es la primera, te cambia la vida completamente.

-¿Qué retos se marca para 2018?
-Mi reto siempre es superarme. Y aunque soy consciente de que no es fácil superar los triunfos que he tenido esta temporada, es el que me pongo para seguir creciendo de cara a la próxima y que sea aún mejor que la vivida.

Fotos: ARJONA

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