Emilio de Justo es uno de esos toreros veteranos pero con todo por decir. Con diez años de alternativa, tantos como los contabilizados de lucha y perseverancia ante una situación difícil y carente de certidumbre profesional, el extremeño ha sido capaz de sobrevivir hasta que Francia le ha rescatado como torero. Sus triunfos en plazas del país vecino han sido el mayor escaparate para proyectar esas condiciones que le convierten en uno de esos toreros que no pasa desapercibido. Sus sobresalientes argumentos y su constatada capacidad, forjada ante hierros de gran exigencia, le sitúan en el punto de mira de todo el orbe taurino de cara a la próxima temporada, que adivina crucial en su carrera. – “Ha sido una temporada muy especial, la más importante desde que tomé la alternativa en el año 2007 porque es ahora cuando mi nombre ha empezado a sonar con fuerza”
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