ENTREVISTAS BALANCE DE TEMPORADA 2017

Fortes: “Variar de encastes te ayuda a crecer”

Aleyda Baz
domingo 10 de diciembre de 2017

A pesar de haber tenido una presencia escasa en las ferias de temporada, Fortes ha sido uno de los toreros que ha interpretado el toreo con mayor pureza. En su filosofía personal y profesional no cabe hacerlo de otra forma. Y aunque le hubiera gustado haber trenzado más paseíllos en plazas de primera y segunda categoría, su concepto no hace distingos cuando se pone delante de un toro, sea donde sea. El camino de Fortes sigue siendo el de siempre: el del trazo recto que marca el toreo puro sin exhibicionismos.

-Durante la recién finalizada temporada 2017 usted ha acumulado un total de treinta paseíllos de luces, de los cuales seis fueron en plazas de primera categoría y tan solo uno en cosos de segunda. Con esos números, ¿qué balance hace de su temporada?

-Ha sido una temporada positiva. Los toros me han respetado y, sobre todo, he avanzado hacia el concepto del toreo que busco. Todo es una evolución y he continuado con la mejora del año anterior. Quizá los resultados no reflejan del todo lo que ha ocurrido en el ruedo porque la irregularidad con la espada ha sido demasiado grande. Ese ha sido mi gran lastre. Si hubiera matado mejor, todo habría sido distinto. Es algo que tengo que solucionar si quiero conseguir mi objetivo.

-La segunda oreja del año la cortó en Santander ya en el mes de julio, después de la cosechada en Málaga en abril. Esta circunstancia, a buen seguro, habrá impedido que su nombre apareciera en más ferias de temporada. ¿No cree?

-Sin duda. Pero creo que mi paso por plazas tan significativas como Málaga y Madrid en el inicio de temporada fue realmente importante. La Tauromaquia es Cultura, no deporte, y hoy día se mira mucho “el marcador” que suponen las orejas, quizá porque sea lo más fácil para hacerse una idea de lo que puede que haya pasado en el festejo. No comparto ese espíritu, aunque lo comprendo. Personalmente tengo muy buenas sensaciones de tardes en las que no hubo demasiado ruido por no cortar trofeos.

-¿Fue su encerrona en Málaga su tarde más importante del año?

-Yo creo que sí. Diría incluso que una de las más importantes de mi carrera. Siento un compromiso muy intenso con Málaga, y en agosto pude cuajar a un toro de Victorino acercándome a lo que quiero. Y también hubo momentos de relieve que pasaron más desapercibidos con el toro de La Palmosilla, que si hubiera salido en quinto lugar, por ejemplo, habría tenido otro peso. Tampoco me gustaría obviar la tarde de Bilbao con miuras, en la que no me salí de mi concepto a pesar del hierro.

-Abundando en lo que acaba de mencionar respecto a la corrida de Miura en Bilbao, en su caso ¿es tanta la diferencia de planteamiento de faena según el encaste al que pertenezca el toro?

-Desde luego. Varía mucho en cuanto a técnica a la hora de cómo y dónde colocar la muleta, dónde y cómo debes colocarte tú, y también al preparar el previo de la corrida. No obstante debo decir que en cuanto al encaste Domecq quizá se generalice demasiado, cuando en realidad, dentro de la misma rama, hay muchas diferencias. Y añadiría que se debería fomentar la variedad de encastes. No por idealismo, ni por defender a una minoría, sino por curiosidad profesional. Te ayuda a crecer.

-¿Qué otra tarde destacaría, aunque se haya producido en cosos de menor trascendencia?

-Ha habido varias tardes con un significado especial para mí. Por ejemplo, en Pozuelo de Alarcón le brindé un toro a José Mercé con el que me inspiré mucho y pude cortarle el rabo. También en Torralba de Calatrava hubo una faena escondida en la que disfruté pero que no tuvo la repercusión que habría tenido en otra plaza de mayor trascendencia.

-Un aspecto en el que se ha observado una notable mejoría es en su solvencia a la hora de perder pasos y manejar los pies.

-Desde luego. Me hacía falta. Cuando sabes que algo no lo haces todo lo bien que debieras, tienes que esforzarte por mejorarlo. De hecho estoy agradecido a aquella época de menor agilidad, porque me ha servido para solventar aquella seria carencia que en su momento tuve.

-¿Se ve torero de muchas más corridas al año?

-Creo que para materializar la filosofía de toreo que tengo no se puede torear un número demasiado exagerado. Mi objetivo es salir a dar el cien por cien cada tarde con la máxima intensidad. Y digo que es mi objetivo porque no lo he conseguido. Este año, sin ir más lejos, ha habido algunas tardes puntuales en las que no he estado a la altura y eso es algo que un torero en mi situación no se puede permitir.

-¿Cuál es su principal objetivo de cara a la campaña de 2018?

-Mi camino se rige mucho por sensaciones. Aunque le mentiría si le dijera que no me gustaría torear más, lo que en realidad me motiva es mejorar en mi toreo. Conseguir un sello propio poco a poco. Sin que ello signifique que sea mejor o peor que otros, pero sí distinto. Avanzar en la naturalidad, en la reunión con el toro y en la suavidad. Creo que a los toros, con relativa frecuencia, se les apabulla, se les invade su terreno en demasía, como yo también hice en mis comienzos. Sin embargo hay que darles su sitio. Es el otro gran protagonista de la faena. También considero vital dotar a tu toreo de cierta incertidumbre, sin que la técnica y el poderío lo domine todo. Al toro hay que darle oportunidad de que te coja.

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