ENTREVISTAS BALANCE DE TEMPORADA 2017

Roca Rey, apuesta total

Jorge Casals

lunes 11 de diciembre de 2017

Imparable. Así continúa Roca Rey. Ni los percances ni la irrupción de nuevos valores ni la autoridad de las grandes figuras con las que se ha medido este año han podido frenar su ambición de llegar a lo más alto. Asumió una temporada de compromiso en todas las plazas de primera categoría, en muchas de ellas hasta dos y tres tardes. Y volvió a arrasar. El triunfo como norma y la ambición por bandera, con una entrega máxima y un compromiso absoluto. Sigue siendo el hombre del momento, el que despierta interés, el torero que está llamado a ocupar ese cetro del toreo. Roca Rey sigue marcando diferencias.

Tras actuar con éxito en Perú, México y Ecuador, la campaña americana de Roca Rey continúa por plazas aztecas y colombianas, en este último país estará en todas las grandes: Cali, Manizales, Medellín y Bogotá. Sus temporadas se solapan sin solución de continuidad desde que tomó la alternativa. “Hay que vivir el presente y aprovechar el momento como si fuese el último, y más en esta profesión. Es con lo que disfruto y lo que me apasiona hacer”, matiza el torero cuando apuntamos que sus temporadas siempre son punto y seguido sin descanso alguno.

Toca hablar de la temporada europea. Ha pisado todas las plazas de primera categoría, muchas de ellas hasta dos y tres veces. Se ha consagrado ya entre los de arriba. Sigue siendo el torero del momento y así lo demuestra la enorme expectación que despierta su presencia en las ferias.

-¿Contento por el balance de la temporada europea?
-Sí. La temporada se presentaba bonita sobre todo por los compromisos importantes, aunque sabía que sería una temporada dura, en la que habría que sobreponerse y seguir hacia adelante. Ha habido de todo: triunfos y faenas que me han hecho sentir muy torero, junto con la cara más amarga que me ha tocado vivir que es la de las cornadas. Pero estoy muy contento por cómo ha salido todo.

“Quería estar en las grandes plazas y poder triunfar, y así ha sido. Me ha servido para tener confianza en mí y tirar hacia adelante en momentos difíciles”

-La expectación estaba por las nubes porque el planteamiento de temporada era exigente, con presencia en todas las grandes ferias, en los carteles más rematados con las primeras figuras… ¿Le daba vértigo?
-Por eso le hablaba de la dureza de la temporada en el sentido de la responsabilidad. Estar en las ferias ha sido cumplir los sueños que uno siempre ha tenido: dos tardes en Bilbao, dos en Pamplona, dos en Madrid, tres en Sevilla, Valencia… Al final, gracias a Dios en todas las plazas he podido puntuar y estoy muy contento por los resultados que ha habido en estas ferias, sobre todo por los sentimientos y las sensaciones vividas. Lo que quería era estar en esas grandes plazas y poder triunfar, y así ha sido. Personalmente me ha servido para tener confianza en mí mismo y poder tirar hacia adelante en momentos difíciles, tanto por culpa de las cornadas como por la responsabilidad de estar en esos sitios. Estoy muy contento de, pese a todo eso, haber podido triunfar y disfrutar.

-El año ha sido duro, muchas volteretas y dos cornadas. Se da la circunstancia de que las dos llegaron tras romperse la espada en el mismo momento en el que hundía el acero en la cruz.
-Pasó lo que no debía haber pasado, pero ya he cambiado de espadas y el problema está solucionado. También me comentó el maestro Enrique Ponce que le ocurrió algo igual, que partió dos espadas del mismo espadero.

-¿Las superó bien, mentalmente sobre todo?
-Las cornadas siempre te afectan, mentalmente y físicamente. Pero también es verdad que te dan mucho cuando eres capaz de superarlas, cuando después de una cornada te pones en el mismo sitio o te entregas y das lo mejor de ti, te sirve para aprender muchas cosas, para curtirte. Superarlas hace que te sientas más fuerte.

-¿Cuál ha sido la más dura?
-El percance en la cabeza que sufrí el año pasado, en el que tuve que dejar de torear sobre mes y medio. Eso está superado ya y no tengo ninguna secuela. Las dos de este año también han sido muy molestas.

“A nadie le gusta morir, eso que vaya por delante, pero sí me encanta la sensación de que estás entregado de verdad y el único que te puede quitar es el toro”

-Al hilo de lo duro que ha sido este 2017, hay que sumar el fatal desenlace de Iván Fandiño. ¿Cómo lo vivió?
-Ha sido uno de los momentos más duros que he vivido en mi vida y en esta profesión, junto con lo de Víctor Barrio y mi amigo Renatto Motta. Te das cuenta de que el toro no solamente hiere, sino que también te quita la vida en un segundo. Es ahí cuando te das cuenta de que a ti o a tus compañeros les puede pasar, en realidad a cualquiera que se ponga delante de la cara del toro. Son momentos difíciles pero en los que tienes que intentar asimilar la muerte de la mejor manera que se pueda. Es muy duro. Son momentos que crees que nunca vas a vivir, pero cuando llegan, te impresionan. La vida te da estas cornadas y hay que superarlas.

LA GENERACIÓN DEL CAMBIO

-La competencia con los jóvenes este año ha vuelto a ser una realidad. Ustedes han alzado la voz, se han reivindicado. Son la generación del cambio.
-Entre los toreros siempre existe esa competencia, sobre todo si son jóvenes como tú. Esa competencia le hace mucha falta a la Tauromaquia, son competencias bonitas, de rivalidad, en las que ni uno ni otro se dejan ganar la pelea. Es muy bonito que haya salido más gente joven y podamos estar en los carteles.

-Aguantarle el tirón a las figuras no es nada fácil, dan la cara todos los días para defender su sitio.
-Es muy complicado, pero son sueños que uno tiene de pequeño y cuando llegan hay que aprovecharlos e intentar disfrutarlos.

-¿Le miran distinto esas figuras en los patios de cuadrillas?
-Nunca en un patio de cuadrillas las miradas son de risa, sino serias y en las que percibes, sobre todo en las tardes clave, que vamos a jugarnos la vida.

-¿Roca Rey sale todas las tardes al ruedo a cara o cruz?
-Yo diría mejor que en todas las tardes existen esos momentos en los que apuestas a cara o cruz, de lo contrario, sería imposible. Pero ocurre con todos los toreros, siempre hay un momento de la faena en el que tienes que apostar y si el toro pasa, pues bien, de lo contrario, llega la cogida. Además de esos momentos, también hay unas tardes concretas que sí son a cara o cruz desde que haces el paseíllo. No es que tú te lo propongas, sino que sale de uno mismo, es algo natural, una necesidad que tienes por dentro y vas con la disposición.

“La competencia le hace mucha falta a la Tauromaquia. Es muy bonito que haya salido más gente joven y podamos estar en los carteles”

-Esos momentos de cara o cruz en una faena, ¿son los que marcan la diferencia de quienes son figuras?
-Es cierto que además de torear bien, del triunfo… hay momentos en los que hay que tirar la moneda. Y si ese día no es para ti, no pasa nada, seguro que será al siguiente, esa mentalidad al menos a mí me ha ido muy bien y en mi mente no cabe el dejarlo de hacer. Hay que salir todas las tardes a jugarse la vida, que es lo que la gente espera de ti cada vez que va a la plaza y lo que a mí más me gusta especialmente, lo que más me hace sentir unas sensaciones especiales, unas veces es duro y otras lo disfrutas más, pero es así como siento el toreo.

-Imagino que cuando sale cara después de apostar, la satisfacción debe ser enorme.
-A nadie le gusta morir, eso que vaya por delante, pero sí me encanta la sensación de estar entregado de verdad y saber que el único que te puede quitar es el toro. Cuando asumes el riesgo de que un toro te puede coger y estás en ese sitio, es cuando sientes esas cositas en la barriga tan ricas y tan bonitas. Quiero matizar que uno se entrega para torear bien, no para que un toro te coja sin más.

-El valor, esa cara más épica de Roca Rey, ¿llega a eclipsar su parte más plástica, más artística?
-No sé. Yo, obviamente, intento torear bien cada día, ese es el motivo por el que uno entrena cada mañana, se prepara en el campo, se mentaliza… Todos los toreros y las personas evolucionamos como tal, hay que intentar ir a más siempre.

-¿Qué antepone, el triunfo o torear bien?
-Torear bien es una cosa, triunfar es otra y la entrega otra bien distinta. Las tres son muy importantes porque sin entrega no puedes torear bien, y sin torear bien no puedes triunfar. Las tres son muy importantes, pero siempre por ese orden: entrega, torear bien y el triunfo como consecuencia de las dos anteriores.

TEMPORADA DE COMPROMISO

-La temporada se ha basado en la regularidad en el triunfo. Roca Rey ha vuelto a pasar por las ferias con el compromiso de una figura, dando la cara y dejando faenas para el recuerdo. ¿Cuáles han sido las tardes que han marcado este año?
-Olivenza, Valencia, la tarde de las dos orejas de Sevilla, Zaragoza, la feria de Bilbao… me quedo con muchas tardes y con bastantes faenas en las que he podido disfrutar, como por ejemplo la del toro indultado en Albacete. En Francia también pude triunfar, como por ejemplo en Beziers, que fue una tarde muy bonita.

-En esas plazas de primera que ha nombrado es donde uno tiene que marcar la diferencia.
-Sí, en esas plazas claves hay que salir a darlo todo, a entregarte. En el toreo, la entrega absoluta es la clave de todo. Con entrega puedes llegar a torear bien, a tener valor y a emocionar, es lo que hace falta en el ruedo. Cualquier plaza, sea de la categoría que sea, es digna de merecerse esa entrega que tú puedas dar con el toro en el ruedo.

-En Madrid cortó una oreja a un toro de Victoriano del Río. ¿Cómo fue su paso por esa plaza que tanto le ha dado a su carrera ya desde novillero?
-La primera tarde, con la corrida de Núñez del Cuvillo, no tuve mucha suerte, el primer toro no transmitía y se acabó parando; y el segundo se rompió una pata y tuve que matarlo. La segunda tarde sí fue más emotiva con ese toro de Victoriano del Río que se rajó desde el principio pero tuvo movilidad, transmitió y pude cortarle esa oreja.

-¿En qué incide más a la hora de mejorar y evolucionar?
-Me preocupo por muchas cosas, por el capote, por torear más despacio, por cuajar un toro de principio a fin toreándolo bien y con mucha entrega… es un conjunto. Pero sobre todo, no defraudarme a mí mismo ni al público, intento que mi concepto siempre sea fiel a mi manera de cómo debe ser el toreo.

“Me preocupo por no defraudarme a mí mismo ni al público, intento que mi concepto sea fiel a mi manera de entender el toreo. Hay que salir todas las tardes a jugarse la vida, que es lo que la gente espera de ti y lo que más me gusta”

-Entrando en matices, no cabe duda de su autoridad con la diestra, sin embargo, al natural, el toreo de Roca Rey adquiere un matiz más expresivo.
-Cuando toreas un toro bien, siempre es la mano con la que más a gusto estás y con la que mejor te puedes expresar porque no te ayudas con la espada, el contacto lo mantienes solamente con las telas… Es una mano clave, aunque la tenga operada.

-¿Se resiente?
-Hay veces que me duele más. En Perú me ha empezado a doler mucho y tengo que ir a fisioterapia, también a acupuntura, que dicen que es bueno. Y sí me resiento, sí.

-Con el capote, este año sorprendió para bien ese quite por gaoneras de Zaragoza.
-Fue uno de los momentos que mejor recuerdo de este año y que más se asemeja a lo que voy buscando. Fue un quite bonito y el toro respondió, empezó a embestir despacio y yo sentí algo especial.

-¿Se disfrutan las mieles del éxito?
-Es bonito cuando te das cuenta que la gente te quiere ver y es tan cariñosa contigo. Pero no lo llego a disfrutar del todo, a saborear los triunfos porque estoy muy pendiente y metido en mi profesión, toreo todos los días…

-¿Puede Roca Rey marcar una época?
-No sé si marcar una época, eso dependerá de cuando pasen los años. Ahora mismo estamos en el presente y quiero sentir esas cosas y avanzar en mi profesión, evolucionando siempre y nunca estancarme, que eso sí sería malo.