Ha sido su año. Por la importancia de sus éxitos y por la repercusión de los mismos. En Francia, su tierra, en la que desde hace años ejerce de amo y señor, y en España, donde por primera vez ha sentido el reconocimiento y el rango del que goza en su país. Mont de Marsan, Arles o Nimes, pero también Alicante, Colmenar o Logroño, por citar los ejemplos más evidentes, han sido testigos de la temporada dorada de Juan Bautista. La clase de siempre, pero con el aditamento de una rotunda regularidad. Porque el de Arles ha conseguido en este 2017 que todos esos calificativos caminen de la mano.
-Juan, esta última temporada, ¿ha sido la más importante de su trayectoria?
-Sí, estoy convencido de que así es. Creo que es la mejor temporada de mi vida porque, además de la importancia de lo que ha sucedido en el ruedo, ha sido el año que más repercusión y más unanimidad han tenido mis éxitos. Ahora lo estoy viviendo en forma de reconocimiento con distintas entregas de premios de asociaciones de aficionados o clubes taurinos muy importantes. Luego están las opiniones de los profesionales, que también me han hecho llegar su admiración. Todo esto resulta fantástico.
-Además de la unanimidad en todos los sectores, ¿qué distingue su año de otros no menos importantes como los de 2007 ó 2010 en los que consiguió, por ejemplo, abrir la Puerta Grande de la plaza de Las Ventas?
-Una temporada nunca es igual a otra, igual que cada faena; todas son distintas. Quizá se haya valorado mi capacidad de torear, entender y triunfar con distintos encastes. Fíjate incluso que este año la unanimidad ha sido general, incluso a pesar de no haber abierto una puerta grande en una plaza de primera este año en España.
-Eso habla del poso y la huella que han dejado sus actuaciones, por encima de la categoría del escenario…
-Estoy de acuerdo, porque el triunfo de Logroño con el toro de Victorino o la faena de Colmenar al toro de Jandilla tuvieron mucho eco. Incluso fíjate que aunque no triunfé en Valencia o Pamplona, y tampoco en Madrid, creo que dejé una imagen de capacidad importante, y así lo valoraron.
“Es la mejor temporada de mi vida porque, junto a la importancia de lo que ha sucedido en el ruedo, ha sido el año que más repercusión y más unanimidad han tenido mis éxitos”
-Hablando de Madrid ¿Tiene la sensación de que sus actuaciones de San Isidro y Otoño crecieron con el paso del tiempo y fueron más reconocidas a posteriori que en la propia plaza?
-En San Isidro, con aquel toro de Cuvillo, o en Otoño, con los dos primeros toros de Adolfo, hubo momentos en los que el público de Madrid me hizo sentir su calor. Es verdad que en otras ocasiones con menos he conseguido más, pero ahora mismo la exigencia es alta en Las Ventas, pienso que porque su público, que me conoce bien porque he toreado mucho en Madrid, quiere que vaya todavía a más.
-El hito del año, la faena de su temporada, fue la del toro de La Quinta en Mont de Marsan…
-Sin duda. Todos los años torean allí las máximas figuras, y sin embargo hacía 47 años que nadie cortaba un rabo en esa plaza. Esa tarde, esa faena, fue mágica. Todo lo que sucedió con aquel toro de santacoloma fue inolvidable. Desde el saludo con el capote a la estocada, en la suerte de recibir. Fíjate que todos los años salgo en hombros en Arles, que en Nimes he abierto la Puerta de los Cónsules de manera consecutiva en seis ocasiones y yo notaba que mis éxitos no tenían en España esa misma repercusión que el de otras figuras españolas en estas mismas plazas. Sin embargo, este año lo de Mont de Marsan tuvo mucha fuerza, y he sentido que a partir de ese triunfo todo lo que he hecho en Francia se ha valorado más también en España.
“En Mont de Marsan todos los años torean las máximas figuras, y sin embargo hacía 47 años que nadie cortaba un rabo en esa plaza. Esa faena fue mágica”
-Además, su temporada adquiere aún más relevancia si tomamos en cuenta que sus éxitos se han fraguado con toros de muy distintos encastes…
-Lidiar y matar toros de distintas procedencias es algo que a mí me apasiona y me motiva. Quiero que las corridas a las que me voy a enfrentar durante el año tengan variedad, y sé que para el aficionado eso también tiene mucho interés. Soy por ejemplo un enamorado del encaste Santa Coloma y La Quinta, por ejemplo, está entre mis ganaderías preferidas; he matado corridas de Adolfo con cierta asiduidad, de Alcurrucén, quería estar en Pamplona y me apunté a la de Cebada… incluso pedí en Beziers la corrida de Miura y la maté con el triunfador del año pasado en esa plaza, todo un especialista en esa casa como es Rafaelillo.
-¿Es más difícil lidiar y triunfar con todo tipo de astados sin salirse de su manera de entender la tauromaquia?
-Las sensaciones que vives cuando cuajas toros, por ejemplo, del encaste Santa Coloma, son muy fuertes. Pero para cuajar un toro de esta procedencia o de ganaderías más comerciales, el toro tiene que embestir bien, si no no se puede desarrollar lo que uno lleva dentro.
-¿Todas estas apuestas son un reflejo de un estado de seguridad en uno mismo que a lo mejor no ha tenido en otros tramos de su trayectoria?
-Sí, llevo varios años en un estado de confianza grande, y está claro que la experiencia acumulada estos años atrás me ha servido para perfeccionar y avanzar en mi tauromaquia. Seguro que estos retos van a tener continuidad el año que viene. Cuando uno tiene confianza es más fácil apostar.
“Lidiar y matar toros de distintas procedencias me apasiona y me motiva. Sé que para el aficionado eso también tiene mucho interés”
-¿Ese estado al que se refiere hace que su toreo, presidido siempre por una facilidad innata, llegue ahora más al público?
-Esa facilidad la tuve siempre. Tuve la suerte de nacer en una ganadería, desde pequeño me apasioné con crecer delante del toro, creo que tengo el toreo en la cabeza, tengo miles de faenas y miles de soluciones, a la mayoría de toros les encuentro faena y, modestamente, creo que a algunos toros los hago parecer mejores. Me gusta que así sea. Ahora sin embargo le pongo más pasión a lo que hago. Esa es la clave, y por eso le llega al público, creo. Ahora consigo transmitir mejor lo que hago y eso era algo que en muchas ocasiones me ha faltado.
-¿Se considera un torero que se mueve por sensaciones?
-Seguramente. Cada tarde salgo a dar lo máximo, a aprovechar cada toro, cada embestida, a intentar sacar el máximo partido a cada animal. Adaptándome al toro, al público, he conseguido cosas preciosas, pero ahora es cuando lo estoy haciendo con más regularidad y con más rotundidad.
“Ahora pongo más pasión a lo que hago. Esa es la clave, y por eso le llega al público. Ahora consigo transmitir mejor y eso era algo que en muchas ocasiones me ha faltado”
-Además este año se ha visto que su concepto, sustentado en unas formas clásicas, es más variado y más versátil de lo que la gente pensaba…
-Pero es por lo mismo. Te atreves a hacer más cosas por el estado de confianza del que gozas. Cuando lo ves claro es cuando tienes la mente despejada para intentar sorprender y para intentar cosas que entrañan más dificultad. Por ejemplo, matar toros en la suerte de recibir. Este año un 40% de toros los maté recibiendo. Siempre hice quites, pero este año los he potenciado, incluso me atreví en San Isidro a presentar un lance nuevo, que sólo había hecho en el campo. Las banderillas nunca serán mi especialidad, pero depende del toro y el ambiente me apetece añadir esa suerte en mi repertorio… después de 18 años de alternativa lo importante es seguir dando guerra, para renovarse hay que sorprender, sobre todo por la cantidad de jóvenes y novedades que han aparecido en el escalafón en los últimos años.
-Quizá para gran parte del público este nuevo Juan Bautista sea también una novedad.
-La renovación siempre es necesaria. Uno no puede mantenerse en las ferias siendo el mismo torero que 18 años atrás. Yo le doy mucha importancia, sobre todo en mi tierra, donde no he dejado de actuar, de triunfar y llenar. Mi ilusión es que todos los años el público vea algo distinto. En España mi ambición era volver a situarme en las ferias, entrar en los grandes carteles y dar pelea a todos los toreros nuevos, seguir en la pomada y conseguir que el año que viene sea igual o mejor.
“Cuando lo ves claro es cuando tienes la mente despejada para intentar sorprender e intentar cosas más difíciles. Te atreves a hacer más por el estado de confianza del que gozas”
-¿Tiene algún reto concreto para 2018?
-Hay muchas plazas a las que hace mucho tiempo que no voy, como Sevilla o Bilbao. Tengo una gran ilusión por volver a América y sobre todo debutar en una plaza como Manizales en la que nunca tuve oportunidad de torear. Deben presentarse bien las primeras ferias, serán fundamentales para poder cuajar un año importante. Tengo ilusión de volver a sentir un triunfo en Madrid y sobre todo confirmar y reafirmar con más rotundidad mi toreo en todas las plazas que se me presenten.
-Por cierto que iniciará el año con nuevo apoderado.
-Ese es otro aspecto en el que también se ha visto reflejado la temporada que he realizado. Se han interesado por mí gente muy importante. Estoy muy feliz de que Manuel Chopera dirija ahora mi carrera. El trabajo de mis anteriores apoderados ha sido muy bueno, pero se presenta un proyecto muy bonito y ojalá podamos echar para adelante otra temporada tan bonita como la que acaba de finalizar.
Texto: JOSÉ MIGUEL ARRUEGO / Fotos: Archivo 2017
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