En España se puede cerrar un aula. Una escuela. Se puede prohibir una enseñanza, una educación. En España aún no nos hemos dado cuenta de cuánto cuesta ser libre. De cuánto cuesta el derecho a ser enseñado, el acceso a la educación, la libertad de enseñanza y de cátedra. En España, la nueva política, muy a modo de una sociedad enmariguanada de incultura e insensatez, olvida pronto el coste que los españoles hemos pagado por nuestras libertades.
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