Las lluvias de los primeros días de marzo han cambiado la cara del campo. Hasta ahora, la preocupación entre los ganaderos era evidente al verse agravada la situación con una sequía de época que los dejaba en situación precaria de no llegar las esperadas lluvias. Ahora es un acontecimiento ver las charcas llenas, los regatos desbordados y los prados anegados, dispuestos ya a recibir una primavera que puede ser “del siglo” en cuanto aparezcan los primeros días de sol, si es que los cierzos asesinos de abril no hacen su aparición.
– “Hace tiempo que se nos dejó de respetar y tenemos que ser nosotros mismos los guardianes de nuestra leyenda. Yo no voy a permitir que nadie se quiera divertir a mi costa”
– “La pena es ver hoy un futuro tan incierto, ver cómo nuestra ganadería de saltillos -que, según estudios, es lo más puro de este encaste- puede acabar desapareciendo”
– “Para el sistema parece que fuese nuestro el toro que mató a Manolete. Viene alguien a comprar una novillada y piensa que esto es un regalo, o que si se la lleva le regalamos un lote de vacas, como si fuéramos Pryca”
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