Mi casa. Salgo. Una vecina con dos perros. Doy los buenos días con educación. A los perros, también. Se me acercan y me huelen los tobillos. Los perros, no la vecina. Una sé que es hembra. El otro, más chico, mira atravesado y puede que sea macho, aunque no tiene lo de macho. Se lo habrán quitado. Cedo el paso con un gesto de mano y brazo por delante a la vecina, a la perra y a lo otro. Van sin correa. Los tres. Bajan la escalera hacia la puerta de salida. La perra huele un no sé qué en el suelo y la vecina parla con el portero. Pasan unos segundos. Tengo prisa, ¿les importa? Me miran como se mira a uno del ISIS.
Horas después, en el bar, el camarero me pregunta que qué me pasó esta mañana. Es una forma de comenzar a largarme lo que pasó, porque lo sabe él muy bien. No obstante, vecina, perra y lo otro son clientes del bar, los tres, con otras vecinas y vecinos que van sin correa, con otros perros y perras y lo otro que también van sin correa. El de los toros del primero. Un mal educado. Un cafre. Habrase visto. Hasta apartó a Güendy con el pie, para salir a la calle (no es cierto, la aparté dulcemente con la mano derecha)… vamos que si le llega a dar una patada a Güendy se entera. Pues no lo ves, la pinta de machista que tiene. De los toros tenía que ser. Gentuza.
O sea, que soy machista, por supuesto, mal educado, doy patadas a las perras en el portal de mi casa con y sin correa. Pero todo ello, porque, faltaría más, soy el de los toros. Este clan que va sin correa es el que se va a gastar unos 10.000 euros en la Feria de la Mascota de IFEMA en Madrid. Esta banda es la que llama a los municipales a la que un indigente dormita enfrente, en el parque. Esta gente se toma todo el tiempo del mundo en tomarse cada día un puñado de vinos arreglando el país, mientras sus mascotas dormitan en el suelo del bar y uno para ir a mear, o sale fuera y lo hace contra un árbol o espera a que Güendy y su banda me den permiso. Si le dices algo eres un maltratador. Y si les dices algo a ellas, un machista. Yo, la verdad, no les digo nada. Ese grupo de ellas y de ellos no tienen nada para que se les diga.
A mí esta sociedad que me señala por ser el de los toros me la pela. Respecto al machismo, estoy tranquilo porque predico con el ejemplo sobre asuntos de mujeres y trabajo. Lo he escrito en esta revista, lo he dicho, que necesitamos más mujeres porque la sociedad no se compone de hombres. Mujeres que se comporten como tal. Porque detesto tanto al hombre que se comporta como macho como a la mujer que se comporta como hembra. Sobre las mascotas, ya saben mi opinión. Este de los toros no está en contra ni a favor, sino que está en contra de su uso como mentira y de su uso como sustituto del ser humano.
Sobre asuntos de igualdad, lo digo ahora abierta y claramente. La inhumana desigualdad no radica en el género. Desigualdad y discriminación se alimentan por razón de nacimiento. Un etíope del sexo que sea está condenado a una vida inhumana respecto a un mismo ser nacido a la misma hora en Chicago. Y en cierta parte de Chicago. Somos desiguales y discriminados por razón de nacimiento, de pertenencia a un estatus, familia, país, barrio, ciudad. Las reivindicaciones feministas apenas alcanzan a un porcentaje de seres humanos pues se trata de una reivindicación entre iguales de nacidos en el mundo del bienestar. Esto afirma el de los toros.
Las mujeres de Afganistán, Arabia, Argelia, Albania, Angola, Antigua y Barbudas, Arabia Saudita, Armenia, Azerbaiyán, Bangladesh, Baréin, Belice Birmania/Myanmar, Botsuana, Brunei, Burkina Faso, Burundi, Bután, Cabo Verde, Camboya, Camerún, Catar, Chad, China, Comoras, Corea del Norte, Corea del Sur, Costa de Marfil, Dominicana, Ecuador, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Eritrea, Etiopía, Filipinas, Gabón, Gambia, Ghana, Guyana, Guinea, Guinea ecuatorial, Guinea-Bisáu, Haití, India, Indonesia, Irak, Irán, Islas Salomón, Jordania, Kazajistán, Kenia, Kirguistán, Kiribati, Kuwait, Laos, Lesoto, Líbano, Liberia, Libia, Madagascar, Malasia, Malaui, Maldivas, Malí, Marruecos, Mauricio, Mauritania, Mongolia, Mozambique, Namibia, Nauru, Nepal, Níger, Nigeria, Omán, Pakistán, Palaos, República Centroafricana, República del Congo, República Democrática del Congo, Ruanda, Senegal, Sierra Leona, Singapur, Siria, Somalia, Sri Lanka, Suazilandia, Sudán, Sudán del Sur, Surinam, Tailandia, Tanzania, Tayikistán, Timor Oriental, Togo, Tonga, Túnez, Turkmenistán, Tuvalu, Uganda, Uzbekistán, Vanuatu, Vietnam, Yemen, Yibuti, Zambia, y Zimbabue, jamás podrán acudir a una huelga.
Jamás podrán formar parte de los sentimientos y derechos de igualdad que reclaman sus iguales de género en París, Berlín, Londres, Madrid, Boston… En 96 de los 194 países reconocidos por la ONU, se las viola o se las mata o se las lapida, o se las maltrata, o pasan hambre, sed, precariedad, no van a la escuela… por una u otra razón nacen condenados a sobrevivir… Pero no solo ellas, sino ellos. El niño, el adolescente, el adulto y el anciano. Este del toro lo tiene muy claro. La raza humana ha hecho tres mundos: el chingón, el jodido y el de las mascotas. ¿Igualdad? Idos al carajo.
