Si es cierto que hemos hecho un toreo previsible es entre otras cosas, porque hemos hecho un toro previsible. La cuestión está en cómo se hizo el toro previsible y si es posible hacer más imprevisible al toro. Hay una forma de lidiar por tercios reglamentados que delimitan quites, puyazos, pares de banderillas, con una exactitud tan matemática en la norma que ya sabemos de qué se trata. De qué se trata al salir el toro, que ha de ir una o dos veces al caballo, que el quite corresponde a tal o cual, que casi nunca se hace, que son mínimo cuatro palos…. Un neófito que acuda a diez corridas de toros aprende esa matemática de tal forma que se puede convertir en un reclamador de la misma. Que falta un palo que está en el suelo, etc… Fabricamos un excelente aficionado.
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