ENTREVISTA A LÓPEZ SIMÓN

“¿Dispuesto a plantear batalla? Si no fuera así ya me habría ido a una casita en el campo”

“Durante meses viví con una presión por encima de la que de normal sentimos los toreros cuando nos vestimos de luces. Yo, además, tenía esa que se añade cuando no estás a gusto con nada”, confiesa el madrileño
José Ignacio Galcerá
lunes 26 de marzo de 2018

-¿Cómo ha pasado el invierno?
-Entrenando. He estado casi un mes en América, donde he conocido varias ganaderías, y luego me he metido en un rinconcito que me gusta mucho para pasar el invierno, desconectar y mentalizarme para la temporada en Zahara de los Atunes, en una casita que me deja un amigo. Aquello me da mucha paz y me ayuda a poner el cuerpo y la mente en su sitio.

Quien habla es Alberto López Simón. Lo hace de camino al campo, a Garcigrande, a casa de Justo Hernández y, desde el pasado año, también un poco la suya. El indulto de Pasmoso en la última Feria de Fallas unió para siempre a la ganadería salmantina con el torero madrileño. Reconoce no ser un asiduo de los tentaderos, más bien los justos y necesarios. Acude cuando se lo pide el cuerpo. Las circunstancias de este inicio de temporada son distintas respecto a las del pasado año. Además de contar con Curro Vázquez a su lado desde mediados de 2017, el madrileño se encuentra de nuevo feliz consigo mismo y con los que le rodean, un estado emocional que hacía tiempo que no sentía y que en su caso resulta fundamental para poder expresar el toreo.

-¿Necesitaba estar tranquilo?
-Sí, lo necesitaba -reconoce-. Es importante mantenerse en silencio mientras uno trabaja para que cuando llegue el triunfo haga el ruido por sí solo. ¿De qué sirve enseñar y decir lo que haces si cuando llega el momento de la verdad no eres capaz de que salgan las cosas? Ahora voy en silencio, no llevo un megáfono al lado. Prefiero la discreción y hablar ante el toro que es lo que ha valido siempre a lo largo de toda la historia del toreo.

-El pasado año, en algunos momentos, se le vio falto de ilusión, de motivación. ¿La ha recuperado?
-La motivación la tenía pero me encontraba en una situación personal nefasta y muy quemado por dentro. Era imposible mostrar lo que quería porque tenía una capa de mierda encima que me lo impedía. Ahora saldrán o no saldrán las cosas, pero me levanto cada día con ilusión por ir a entrenar, por torear de salón, por ir al campo… estoy con ilusión de que lleguen los compromisos. Durante meses viví con una presión por encima de la que de normal sentimos los toreros cuando nos vestimos de luces. La responsabilidad la tenemos porque sabemos lo que nos jugamos pero yo, además, tenía esa que se añade cuando no estás bien personalmente y no estás a gusto con nada.

-¿Siempre ha necesitado equilibrio emocional para estar bien ante el toro?
-Soy una persona inestable emocionalmente, es algo natural en mí, lo tengo desde que nací y por ello para mí el equilibrio a nivel personal resulta fundamental. Necesito estabilidad para contrarrestar mi personalidad, tengo que poner unos topes a esa falta de equilibrio pero poco a poco lo voy consiguiendo.

-Viendo su trayectoria, resulta curioso que cuando más complicado lo tenía, llegaba y le daba la vuelta a la situación. Y con todo a favor es cuando más le ha costado.
-En su día llegué a Madrid cuando nadie sabía mi nombre y abrí la puerta grande gracias a mi manera de entrenar y de entender la vida. Me considero una persona responsable pero de repente llegó un ilustrado y me cambió todo para ponerse medallas y fue un desastre. Cuando uno está a gusto consigo mismo las cosas salen estén más o menos complicadas; sin embargo cuando estás a disgusto con todo lo que te rodea, por muy a favor que lo tengas, es imposible sacarlo adelante. La realidad es esa. Yo, además, soy bastante cabezón y como venga alguien a mandarme y darme lecciones soy tan tozudo que, aunque me autodestruya, soy capaz de hacer todo lo contrario a lo que me digan. Aun así, estando a disgusto como he estado, he conseguido abrir la puerta grande de Valencia, salir a hombros de Madrid en Beneficencia, en Pamplona y en un montón de ferias importantes pero las miradas estaban centradas en otras cosas.

“Soy una persona inestable emocionalmente, es algo natural en mí, lo tengo desde que nací y por ello para mí el equilibrio a nivel personal es fundamental”

-¿Considera que los triunfos del año pasado se tuvieron menos en cuenta que otras veces?
-No lo sé, no sé qué decirle… pero quizá sí. Tampoco me he parado a pensarlo porque tenía otras cosas más importantes que arreglar como para pensar en eso.

-¿El vestido de luces es tan transparente como dicen?
-En mi caso, sí, se me nota mucho y es muy transparente. No lo puedo negar. Para mí era importante limpiarme y organizar mi cabeza, estar feliz de nuevo con los que me rodean y, a partir de ahí, ir expresando ante el toro lo que realmente siento.

RECUPERAR TERRENO PERDIDO

-¿Cómo le gustaría que fuese la temporada 2018?
-Me gustaría que pudiera salir lo más puro de mi interior, tal y como he concebido el toreo desde que quise ser torero. Me gustaría que poco a poco la afición fuera viendo lo que siempre he buscado. Una vez que me vean en la dimensión que yo quiero mostrar, a partir de ahí, ya vengan las cosas mejor o peor dadas, verán un sello y un concepto en mi toreo.

-¿Torear mucho o poco?
-Según se vaya dando la temporada iremos tomando decisiones conforme al momento en que me encuentre. Estamos en marzo y de aquí a octubre, fíjese las vueltas que puede dar la vida. Iremos paso a paso.

-Los carteles de San Isidro ya están en la calle. Va dos tardes. ¿Qué valoración hace?
-Estoy contento porque voy colocado con dos ganaderías -Puerto de San Lorenzo y Núñez del Cuvillo- que me gustan mucho. Ojalá que Madrid me pueda volver a ver bien. En la última Feria de Otoño volví a encontrarme y a sentirme con la afición como en temporadas anteriores y espero que este San Isidro sea importante en mi carrera. Los carteles me dan un poco igual porque el toro es el material con el que tengo que obtener el triunfo. Aquí lo importante es el toro.

¿Dispuesto a plantear batalla? Si no fuera así ya me habría ido a una casita que tengo en el campo a disfrutar de la vida tranquila”

-¿Cómo es su relación con Las Ventas? ¿Ha pasado por todos los estados posibles?
-Es la plaza más exigente del mundo y la que me ha dado lo mucho o poco que tengo. Quiere verte siempre al máximo nivel y se enfada cuando no estás a la altura que cree que puedes estar. Cuando se ponen a la contra es la plaza más dura que hay pero ha sido así con todos los toreros, figuras y no figuras. Sueño, tengo la ilusión, con volver a reencontrarnos y tener esa sensación, vivir la comunión que tuve con esa plaza para repetir triunfos pasados.

-¿Siente que parte de cero esta temporada?
-Sinceramente, no siento nada. Lo que sí que he hecho es borrar muchas cosas de mi cabeza. Al fin y al cabo cada temporada es empezar de cero. Cada año te juegas todo otra vez. En el fútbol puedes ganar todos los títulos un año y al siguiente no. Quitando a las figuras del toreo, que tienen ya su estatus y su nombre consolidado, el resto volvemos a empezar y tenemos que demostrar quiénes somos y el momento que atravesamos. Hay que demostrar que se está ahí por méritos propios.

“Durante meses viví con una presión por encima de la que de normal sentimos los toreros cuando nos vestimos de luces. Yo, además, tenía esa que se añade cuando no estás a gusto con nada”

-¿Cree que necesita recuperar terreno perdido?
-Sí, claro que sí. Soy consciente de ello.

-Tampoco es una situación nueva para usted.
-No, para nada. Yo he tenido que abrir tres tardes la puerta grande de Madrid para estar en un cartel de figuras pero antes de eso me he tirado tres años toreando siete u ocho corridas por los pueblos. De lo que conseguí en su día no me regalaron ni una pizca, no tuve detrás una casa grande que me pusiera en carteles buenos. Nunca. Al contrario, me he tenido que pelear con casi todo el mundo para entrar en esos carteles. Para triunfar tienes que pasar por momentos de dificultad. La vida va poniéndote pruebas que hay que superar para llegar al triunfo.

-¿Qué conclusiones saca de todo lo ocurrido la pasada campaña?
-Que a veces se gana y a veces se aprende. De todo se saca un aprendizaje. En la segunda parte del año me limpié por dentro y volví a situar la cabeza en el sitio y las cosas se fueron pareciendo más a lo que siempre he pensado.

-¿Dispuesto a plantear batalla?
-Si no fuera así ya me habría ido a una casita que tengo en el campo a disfrutar de la vida tranquila. Claro que estoy dispuesto, por supuesto. Tampoco quiero batallas con nadie, solo quiero buscar y encontrar mi toreo y que la afición lo pueda ver. Cada uno que haga lo que le dé la gana que yo haré lo que crea conveniente con mi vida y con mi carrera.

Síguenos

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando