GANADERÍA.- LA PALMOSILLA

Debutantes en la Maestranza

"Lidiar en Sevilla satisface y responsabiliza. Te sientes observado al estar en una de las ferias a la que a todos los ganaderos nos llena ir", señala el ganadero Javier Núñez
Antonio Girol
martes 10 de abril de 2018

Si Max Liebermann hubiese viajado hasta este rincón de Tarifa, a buen seguro que su obra “Las terrazas de flores en el jardín de Wannsee” habría trocado su nombre por el de La China, la finca en la que los toros de La Palmosilla velan armas a la espera de inscribir sus nombres en el libro histórico de este legendario hierro gaditano, redimido por José Núñez Cervera y su hijo Javier para que de nuevo diese lustre ganadero al apellido Núñez, como lo hará este jueves, 12 de abril, en la Maestranza, en el que será el debut de su ganadería en el coso del Baratillo.

Este hecho hace que Javier Núñez se muestre ilusionado y responsabilizado a partes iguales: “Estamos viviendo estos días con mucha ilusión porque lidiar en Sevilla es una satisfacción: por el marco, por la plaza, por la afición… También con responsabilidad, porque te sientes observado al estar en una de las ferias más importantes del mundo; a la que a todos los ganaderos nos llena ir”, afirma; y continúa: “Sevilla es una plaza que es muy buena para el ganadero porque saben ver al toro. Yo espero que la afición sobre todo disfrute y vea el cariño que se le ha puesto a la corrida. Estoy convencido de que por los toreros no va a quedar porque de hecho están muy ilusionados con ella”, remacha.

Los toros reseñados descansan en la paleta impresionista que es La China en estos días de primavera, en los que la explosión de colores que han provocado los rayos del sol tras las jornadas de lluvia acoge al lote de astados que los ganaderos han reseñado para tan importante fecha: “A falta de que venga la autoridad a reconocerla en el campo, es una corrida seria y muy igualada. Muy pareja y equilibrada, como se puede ver”, dice mientras con la mirada repasa los ocho toros. “Creo que la corrida va a ser un ejemplo de seriedad, pero sin estar reñida con las buenas hechuras. Es fina y es baja. Lo que se llama una corrida torera”. Una corrida en la que hay animales de los dos guarismos: “Hay tres cinqueños y cinco cuatreños”.

Viendo los toros en el cerrado y cómo los observa Javier se da uno cuenta del amor incondicional y la pasión que ha puesto en elegirlos. No en vano van a ser su carta de presentación en un territorio en el que el apellido Núñez sigue ocupando lo más alto del friso ganadero. “Ya el año pasado, en el mes de agosto, vimos la posibilidad de contar para esta temporada con una buena corrida para Sevilla. Por lo que se apartó pronto y también se empezó pronto a rematar”, apunta y continúa con su exposición: “Eso supuso que cuando llegó octubre los cuatreños estuviesen rematados y se hayan podido mover bastante”. En cuanto al manejo de la corrida, Javier nos cuenta que tuvieron un aliado: “Hemos contado con la ventaja de que el invierno ha sido muy seco. Por lo que hemos podido adelantar los toros en su preparación con mucho tiempo. De hecho, estas tres últimas semanas de mal tiempo casi no las han acusado porque ya venían hechos de antes”.

“Lidiar en Sevilla satisface y responsabiliza. Te sientes observado al estar en una de las ferias a la que a todos los ganaderos nos llena ir”

Además del manejo tradicional, también destacan los cuidados sanitarios en un claro ejemplo del grado de importancia que esta corrida tiene para los ganaderos: “Hemos estado muy encima. Se le han practicado analíticas de heces y de sangre. Además de administrársele un choque vitamínico especial junto con protectores hepáticos y vitaminas A, D y E. La verdad es que se ha trabajado mucho en ella”.

Sin embargo, en la cría del toro siempre hay un componente de magia. Así lo reconoce el propio ganadero: “En el toro no hay nada infalible. Por eso en este mundo nunca dos y dos son cuatro. La genética es caprichosa. No existe el animal perfecto, ya que por muy buenos que sean siempre han tenido un pariente que no lo fue o que dio regular. Y esa es la magia que tiene esto porque si saliese siempre como nosotros queremos sería un coñazo”, dice sonriendo.

Javier da una nueva vuelta a los toros. Ahora en silencio. Los mira y los remira: “Me tomo la corrida con mucha responsabilidad e ilusión. La verdad es que es un día que me apetece disfrutar porque ver estos toros salir por la puerta de toriles de Sevilla es una imagen que se me va a quedar grabada para siempre”.

De su juego depende que el hierro de La Palmosilla se convierta en habitual en la Maestranza como lo fue años ha el de su tío Carlos Núñez. “Este hierro lleva ligado a la cría del toro bravo prácticamente desde 1760. Es el del primer Núñez que se hizo ganadero. Se estuvo usando hasta la época de mi bisabuelo. Son más de doscientos años de historia. Entre sus muchos hitos está el de haber lidiado en la corrida de La Liberación celebrada en Cádiz en 1813. Ha sido un hierro señero en el campo bravo tarifeño en los siglos XVIII y XIX. Son nueve generaciones de ganaderos las que lo han conocido. Por lo que en Sevilla me voy a acordar de mucha gente, ya que el apellido Núñez en la Maestranza, sobre todo a raíz de mi tío Carlos, sigue siendo el que más ha lidiado a pesar de que lleve ahora tiempo sin anunciarse. Un hueco que en estos años ha cubierto mi tío Joaquín, que es un ganadero consentido de la afición por la cantidad de ferias en las que ha triunfado”. Hace una pausa y añade: “Va a ser un día en el que estaré acompañado por mis primos, que también son ganaderos y están viviendo conmigo la ilusión de debutar en Sevilla, que para una ganadería del concepto nuestro es la capital del mundo porque para los que creemos que el toro tiene que ser bravo y tener clase, la Maestranza es la plaza ideal”, puntualiza.

“Voy a acordarme de mucha gente, ya que el apellido Núñez en la Maestranza, sobre todo a raíz de mi tío Carlos, sigue siendo el que más ha lidiado”

Sale el tema a relucir e indudablemente la conversación estriba en el toro de Sevilla, expresión siempre de actualidad y que en los últimos años ha sido, no pocas veces, motivo de debate. Javier Núñez lo tiene claro: “El nuestro es un toro genuinamente sevillano porque aquí se da un animal muy fino. Siempre se ha dicho que el de Tarifa, comparado con el de otras zonas, es más fino. Y aunque hoy día, por la propia aparición de los piensos, se ha estandarizado todo y cuesta trabajo distinguir a los toros por el hierro, entiendo que hay que trabajar para singularizarse. Esa es una vertiente que hay que tener en cuenta a la hora de la selección”, reflexiona.

En cuanto al cartel en sí, Javier se encuentra encantado con la terna que matará su encierro: “Estoy muy contento. Empezando por Luis Bolívar que es un torero aún joven, pero ya con mucho oficio. Es verdad que es un torero que en España su carrera se ha forjado con un tipo de toro con el que no hemos podido verle en toda su expresión como sí ha ocurrido en su Colombia natal. Por eso creo que puede sorprender ese día. Actualmente está en el regusto de querer torear para sí mismo. Ojalá nosotros le ayudemos y pueda cuajar una gran tarde. Joselito Adame está en un momento extraordinario. Es la gran figura de México y lo demuestra tarde a tarde cortando un montón de orejas. En cuanto a Rafa Serna, ¡cuidado con él!, que éste ya abrió la Puerta del Príncipe nada más empezar. Además, tiene esa forma de torear, ese pellizco, que en Sevilla gusta tanto”.

“Nos ha costado afinar el toro de Juan Pedro porque compramos en unos años en los que allí dominaba la sangre de Decidor, de Algarra, que daba muy ancho, tirando a basto”

Sin minusvalorar a la terna del día 12, sí destaca que siendo La Palmosilla una ganadería del gusto de las figuras, no se hayan apuntado a ella cuando hace su debut en la Maestranza. Javier Núñez no tiene dudas al respecto: “Me lo han preguntado algunos: oye, ¿cómo las figuras no te matan la corrida de Sevilla y luego te la torean diez días más tarde en Sanlúcar? Les digo que esto del toro es como Santo Tomás, que hay que meter los dedos en la llaga para cerciorarse de que es verdad. Por lo que es absolutamente lógico que quieran ver cómo sale la corrida este año antes de apuntarse a ella. En Sevilla prácticamente repiten las mismas ganaderías. De hecho, somos la única novedad de esta feria. Para ir hay que tener al menos una quincena de toros que tengan ese componente sevillano. Y para que eso sea posible es necesario que sea de ganaderías largas”.

La de La Palmosilla lleva camino de ser de esas. Poco a poco la selección ganadera va dando cada vez más frutos en la liga de sangres de Juan Pedro y Osborne. Así lo explica Javier Núñez: “Llevar lo de Osborne en pureza es muy complicado porque es una ganadería muy cerrada y con mucha consanguinidad. Además, son animales con una embestida que no es muy actual y que no tiene tanta profundidad ni tanta bravura como sí tiene la de Juan Pedro. Entonces, de unos años para acá hemos dejado de hacer lotes puros de esta sangre. La parte de Juan Pedro está absorbiendo a la de Osborne. Este toro le da más finura al de Juan Pedro aparte de una mejor colocación de caras”. Continúa con su explicación: “Nos ha costado afinar el toro de Juan Pedro porque compramos en unos años en los que en Juan Pedro dominaba la sangre de Decidor, de Algarra, que daba muy ancho, tirando a basto, por lo que nos ha llevado a un proceso largo. Dese cuenta de que la ganadería es de 1996, con lo que hasta 2021 no llevaremos veinticinco años lidiando”.

“Se ha estandarizado todo y cuesta trabajo distinguir a los toros por el hierro. Hay que trabajar para singularizarse. Esa es una vertiente que hay que tener en cuenta a la hora de la selección”

El hecho de ser una ganadería tan joven se pone de manifiesto en las generaciones de sementales: “A la corrida de Sevilla van cuatro toros que ya son de tercera generación y un par de ellos que son de primera, es decir, de los primeros sementales que sacamos. Lo que significa que estamos entrando en la cuarta generación de sementales de quienes no veremos los resultados hasta dentro de cuatro o cinco años. Esto por ejemplo se pone de manifiesto en el tema de los pelos. Por ejemplo, hay un 103-Capitán y un 14-Solitario que nos están dando muchos accidentes salpicados. Seguimos teniendo toros ensabanados incluso en un porcentaje muy pequeño de sangre Osborne. Lo que sí nos salen son todo tipo de salpicados, flor de gamón, burracos con sus acepciones en negro y castaño, alunarados, que son accidentes que nosotros no teníamos tantos y que están empezando ahora a aparecer”.

Toros de belleza cromática que se entremezclan con el vergel que es La China, a donde los aficionados sevillanos están llamados a acudir en breve en una iniciativa de la empresa Pagés que Javier Núñez aplaude: “Nos encanta la idea que ha tenido la empresa de organizar un viaje a nuestra casa con aficionados. Por culpa de la lluvia de estas últimas semanas no se ha podido llevar aún a cabo porque el barro del carril ha imposibilitado que entrase el autobús, pero en cuanto el tiempo abra un poco echaremos un buen rato con ellos. Para mí es sensacional que los aficionados tengan contacto con el campo y vean lo que hay detrás”. Detrás, como delante, solo hay trabajo y más trabajo como se puede comprobar en estas instalaciones en las que los toros de saca y las vacas nodrizas muestran el cuidado al que son sometidas a diario por Javier Núñez, alma máter de La Palmosilla. Un ganadero joven, con las ideas muy claras y una afición tremenda puesta al servicio de perpetuar un legado y una estirpe, la de su apellido y el campo tarifeño del toro de lidia.

* Los tres toros que ilustran el reportaje, todos ellos cinqueños, serán lidiados este jueves en la Maestranza / Fotos: ARJONA

Síguenos

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando

LA MEDIA

Roca Rey, el enemigo a batir

Roca Rey, el enemigo a batir

El peruano echó una tarde sensacional en Sevilla con la corrida de Victorino que muchos no quisieron ver pero el sol no se puede tapar con un dedo

Cargando