Desde El Arenal

Llega la Feria

Carlos Crivell
martes 10 de abril de 2018

La Feria de Abril de Sevilla ya está aquí. Con la afición sumida en una doble sensación que se resume en mucha esperanza y algo de incertidumbre. Hay dudas sobre el toro, elemento fundamental para el desarrollo de la Fiesta. Nos estamos olvidando de que se trata de celebrar corridas de toros. La realidad es que ahora parecen más corridas de toreros. Esa imagen tan divulgada del espectador que llega a su asiento y pregunta al de al lado por quiénes torean, pero nunca por el nombre del ganadero, es real como la vida misma. Ahora que va a comenzar la mundialmente famosa feria de Sevilla todo está en manos de los toros.

Hay que volver a los tópicos de siempre. El toro de Sevilla existe igual que el toro de cualquier plaza del orbe taurino. Y el toro de Sevilla es un toro serio, armónico, proporcionado, limpio de pitones y bien rematado. Es un toro serio de cabeza pero nunca destartalado. Es un toro de manos bajas, dotado de un cuello largo y hecho cuesta abajo. Por eso ha sorprendido que a las primeras de cambio salieran en la Maestranza algunos toros muy bastos de hechuras. En la misma corrida de apertura se lidiaron algunos de escasa presencia. Es decir, un revoltijo que más bien parecía una limpia de corrales que el ganado apropiado para la corrida más lujosa del año.

Los carteles tienen ingredientes toreros muy atractivos. La mayoría de las figuras harán el paseíllo en Sevilla en estas corridas primaverales. Me faltan más toreros jóvenes, mucho más ahora que, después de anunciarse los carteles, faltan dos matadores como Fortes y Álvaro Lorenzo que se han reivindicado en Madrid. Me gustaría que fuera una feria justa. El Domingo de Resurrección el palco marcó un procedimiento de exigencias notables. Lo que no es conveniente es que ahora, bajo los influjos de la manzanilla, llegue la euforia y haya trofeos por faenas de menos contenido.

Quiero triunfos de toreros, pero que sean triunfos de verdad, logrados con la verdad del toreo ante toros íntegros de calidad suprema. Me gustaría contar tardes para el recuerdo. Deseo que la plaza de Sevilla sea respetada en todo el mundo por su categoría, esa misma que se puede perder si el toro que se lidia no está presentado con lo que Sevilla exige, lo mismo que si aparece el triunfalismo exagerado.

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